¿Qué es la resiliencia?
En psicología, la resiliencia es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas. Pero, cómo crecer en resiliencia:
Como la muerte de un ser querido, un accidente, la pérdida de un trabajo, la ruptura de una pareja, o cómo sobrevive después de una guerra y se levanta para volver a empezar.
En la vida tarde o temprano las personas se enfrentan a situaciones límite en donde hay riesgos de perder, o se pierde algo muy importante.
De hecho con la resiliencia las personas pueden adaptarse para sacar provecho de los problemas y reinventarse, y aprender de lo malo que han vivido o están viviendo.
La resiliencia se puede ir construyendo día a día, es una actitud frente a la vida y frente a los problemas, es la fuerza para querer sobrevivir y para querer crecer.
Por eso es muy importante el sentido de la vida. ¿Para que quiero vivir, para qué quiero crecer?.
Para esto intervienen en una forma importante los principios y valores de cada quien, además de las metas de vida.
Las metas que el hombre se pone tienen gran influencia en el sentido de la vida.
Con la resiliencia una persona podría crecer ante la adversidad y salir fortalecido.
Se necesita querer tener y conseguir una actitud realista pero optimista, buscando siempre las posibles soluciones para los problemas que está viviendo.
¿Qué influye en las personas para ser más resilientes o menos resilientes?
Influye mucho la crianza y los vínculos de apego, si recibió afecto y seguridad en su vida, sin sobre protección, podría ser más resiliente.
Si vivió violencia, es más fácil que cualquier acontecimiento desagradable, se pudiera convertir en un trastorno postraumático.
Pero si vivió con una sobreprotección, tendrá dificultades para crecer en la resiliencia, ya que la sobreprotección es limitante.
Sin embargo; a pesar de la sobreprotección, esto no significa que la persona no pueda crecer en la resiliencia.
Muchas veces, las situaciones límite de la vida, sacan esa parte que trae la persona, que lo impulsa a levantarse.
Siempre que hay un motivo trascendente, como el luchar por los seres queridos, es algo de lo que podría impulsar para salir adelante.
El instinto de supervivencia todos lo traemos, pero si se impulsa por un motivo importante.
Genera una fuerza superior para salir adelante, con la fuerza de nuestro espíritu.
Por eso también es muy importante crecer en nuestra espiritualidad cada día, porque no sólo somos cuerpo, sino también somos espíritu y mente.
Aprender que en la vida es importante luchar y trabajar por lo que se quiere conseguir, fortaleciéndose con buenas motivaciones.
Y trabajando cada día en las virtudes de perseverancia, paciencia, templanza, fortaleza, y con una actitud mental positiva.
Un obstáculo para la resiliencia es cuando se presenta la indefensión aprendida.
Le llamamos indefensión aprendida, a la incapacidad de defenderse, o cuando alguien aprende que no puede lograr algo.
O cuando alguien aprende que es incapaz de resolver alguna cosa en particular.
Pero la indefensión aprendida generalizada, es cuando alguien por inseguridad, aprende que es incapaz de resolver problemas, en cualquier aspecto de su vida.
Con la indefensión aprendida se puede empezar a creer que no tiene ningún control, teniendo una actitud de pasividad
Para modificar las cosas por sentirse indefensa, lo que podría generar desánimo y depresión.
También puede ser originada por traumas, o por tener experiencias, en las que hay situaciones dolorosas en la persona.
Cuando se le está causando un daño, por la violencia física, sexual y psicológica, también se pueden presentar.
Cuando hay situaciones desastrosas, o castigos reiterados, que aparecen en forma aleatória e inevitable.
Y cuando se expone en forma reiterada al maltrato y al desprecio, que generan una sensación de impotencia.
Y de no saber cómo mejorar las situaciones, este sentimiento de impotencia, es un factor que influye en la depresión.
Por ser incapaces de poder cambiar las circunstancias que le afectan, las víctimas se sienten desamparadas e incapaces de defenderse, sin motivación para superarlo.
Viendo que no hay control sobre la situación, y que cualquier cosa que pudiera hacer sería inútil, entonces se puede caer en una desesperanza y resignación, sin buscar cambiar las cosas.
Ejemplos de una indefensión aprendida:
- En un aspecto en particular, podría ser en un partido de ping pong, con dos personas que saben jugarlo. Una empieza a dominar a la otra, la que empieza a perder se pone nerviosa y cada vez pierde con mayor diferencia, pensando que le es imposible ganarle a su compañero, el compañero que perdió aprendió que no puede ganarle al otro, y no querrá volver a jugar con él nunca, sin embargo podría practicar más, y aprender más con otras personas, para enfrentar sus miedos adquirir seguridad y volver a jugar, con la posibilidad de ganarle.
- Cuando un estudiante trata de entender algo complejo de matemáticas, y por más que se esfuerza no lo logra, entonces surge la indefensión aprendida, y no quiere estudiar la materia, por sentirse incapaz de conseguirlo, sin embargo podría buscar la ayuda adecuada, para resolver ese reto y lograr aprender, pero no lo hace porque renuncia.
- Podría observarse en niños que reciben maltrato, como el bullying en el colegio, el niño cree que no hay posibilidades de evitarlo, lo acepta y se resigna, generándole inseguridades, y como no se enfrenta al problema, la inseguridad cada día crece más, sin embargo el niño podría avisar a sus padres y a los maestros, que podrían resolver éste problema, gracias a que el niño denunció el acoso escolar.
- En casos de violencia física, sexual o psicológica, la persona que recibe el maltrato, lo normaliza generando un sentimiento de inseguridad, y no busca ayuda para cambiar las cosas.
- El pederasta, que amenaza y asusta al niño abusado, para que no lo denuncie, viviendo esto durante muchos años.
- Cada vez que un narcisista o un psicópata convence a su pareja de que es una inutil, descalificándola sistemáticamente, o de que se está volviendo loca, y si es el caso de que la figura materna o paterna, fueran los que le dijeran al hijo de que es un inutil, y lo descalificaran siempre, podría darse la indefensión aprendida generalizada, ya que lo que los padres le dicen a sus hijos, dejan huellas muy profundas en sus creencias centrales, sobre ellos mismos.
- Un caso más extremo, lo podríamos ver en algún pordiosero, que por falta de apoyo y de recursos, terminó vagando y viviendo en las calles casi semidesnudo, perdiendo completamente la cordura.
¿Cómo podemos desaprender la indefensión aprendida?
Al ser un comportamiento aprendido, se puede desaprender, es importante primero trabajar directamente con el autoconocimiento.
Y la autoestima de la persona, identificando sus fortalezas y debilidades, así se podrá empezar a modificar la indefensión.
Para lograrlo habrá que reaprender estrategias diferentes, que ayuden a sentirse capaces de modificar y controlar.
Y en caso necesario abandonar las situaciones complicadas de la vida.
Ayudará para lograr esto el aprendizaje de comportamientos alternativos útiles.
Y así poco a poco resolver los conflictos sintiéndose capaces de cambiar las situaciones adversas que vayan surgiendo en la vida.
Claro que identificando, lo que realmente esté dentro de nuestro campo de influencia.
Para salir de la indefensión aprendida, conviene generar expectativas de que es posible resolver las cosas, y buscar las posibles soluciones.
Buscando tener flexibilidad mental, y estar conscientes de que los cambios personales, se deben lograr uno por uno, que es un proceso.
Aquí te comparto claves que te pueden ayudar, a ir superando la indefensión aprendida, pero además a crecer en la resiliencia:
- Elige bien los pensamientos, modificando los pensamientos catastróficos y pesimistas.
- Escoge pensamientos más funcionales.
- Cuestiona y reflexiona, sobre tus habilidades, en vez de pensar que eres incapaz.
- Identifica, las cosas que eres capaz de hacer.
- Recuerda y descubre los triunfos que has obtenido en la vida,
- Identifica, las costumbres y patrones que no te han ayudado.
- Cambia tu rutina.
- Trabaja con el amor propio, y la autoestima.
- Recuerda que no hay que intentar cambiar todo de golpe.
- Cuando quieras abandonar el cambio, recuerda que no es fracasar. A veces se pueden dar unos pasos para delante y algunos para atrás, y esto es normal.
- Sé consciente de que el trabajo puede llevar tiempo, porque esta tarea influye en las emociones, pero vale la pena la perseverancia, porque estarás mucho mejor al ir creciendo.
- Muchas veces sabrás lo que tienes que hacer, aunque a veces te bloquee la gestión adecuada de tus emociones, sentimientos y pensamientos. Pide ayuda con alguien que pueda dártela.
Hay algunos tipos de depresión que son generados por afectaciones por causas biológicas.
Y por causas psicológicas, donde participa la bioquímica, a veces la depresión tiene una raíz originada más por las experiencias.
Otras veces en afectaciones neurológicas, por alguna desconexión, o alguna falla hormonal, o por los genes.
Independientemente del tipo de depresión, conviene saber que cualquier depresión también afecta a la resiliencia
Alguien con intentos de suicidio o con autolesiones, tiene afectada en cierta forma la resiliencia.
Siempre que se quiera, y se busque la ayuda adecuada, puede haber un camino para resolverlo.
Y para reactivar la resiliencia, y es posible que crezca y se fortalezca.
¿Cómo crecer en la resiliencia?
Las personas son más capaces de lo que creen, y puede haber la libertad y la posibilidad de aprender siempre.
La mente es muy poderosa, y en la medida que se trabaje en ella, se seguirá construyendo, no importa la edad.
Lo importante es cómo enfocar los pensamientos, en busca de la superación, venciendo los miedos:
- Construye tu presente y tu futuro con las decisiones que tomas cada día.
- Siempre podrás descubrir caminos nuevos. Con una buena asesoría, podrás encontrar soluciones que no habías visto.
- Cuando tu mente está enfocada y abierta a un objetivo, puedes descubrir las oportunidades que te presenta la vida.
- Podrás trabajar siempre, teniendo voluntad y aceptando la ayuda adecuada.
- Busca una mejor calidad de vida sanando poco a poco las heridas.
- Conoce tus fortalezas y debilidades, así como tus oportunidades y amenazas.
- Descubre y aprovecha las oportunidades, afrontando las amenazas y creciendo en fortaleza, así podrás ser más resiliente.
Los sesgos mentales, como generalizar, todo o nada, o es blanco o negro, el culpabilizar sin bases, o el deberías, manteniendo reglas rígidas y exigentes,.
Sobre cómo deben suceder las cosas, o el fatalismo, estos son pensamientos que nos afectan en nuestra visión.
Y perdemos nuestra objetividad, y nuestro optimismo.
Es importante que preparemos la tierra para que sucedan, y se den buenas oportunidades, para que germine, en el momento oportuno.
Me gustaría que te preguntes, ¿Cuál es tu nivel de resiliencia del cero al diez, y con base en lo expuesto?.
¿Cómo crees que en tu caso, podrías crecer y fortalecer tu resiliencia, para afrontar los retos que presenta la vida?.
Crecer en la resiliencia, puede ayudarte a ser la mejor versión de ti, logrando superar los retos de tu vida.
Espero te sirva esta información, para tener una mejor calidad de vida.
Autor. Andrés Vargas. Agenda tu cita con este profesional dando click aquí