Ser padre es mucho más que tener hijos, pues necesitan de nuestra presencia y participación activa para crecer y desarrollarse
Celebraremos un año más, el Día del Padre.
Seguro habrá grandes festejos en algunos hogares y quizá en otros pase desapercibida la fecha.
Sin embargo, lo que quiero compartir contigo hoy es la esencia misma de la paternidad.
Si piensas que cocinar, cambiar pañales, hacer las actividades escolares y llevar a los niños al médico son tareas exclusivas de una madre.
Debes ser consciente de la importancia de la influencia de los papás en la educación y formación de los niños, así como su protagonismo y su impacto en el crecimiento, desarrollo y vida de sus hijos.
Se dice que “la madre da la vida, pero el padre es quien te enseña a vivirla”. Su presencia en el cuidado y educación de los hijos es fundamental.
La regulación emocional y la enseñanza de herramientas para la vida no recae únicamente en la mamá, sino también en el papá.
Los hijos son responsabilidad de ambos. Hoy en día no basta con tan solo ser bueno, se necesita “ser un buen padre”.
Ser papá
Engendrar un hijo requiere de la participación de dos personas. De igual manera, su desarrollo también necesita de ambos.
Si bien la presencia de la madre es vital en el desarrollo del hijo, el papel del padre es de suma importancia.
Ser papá implica mucho más que ser el proveedor económico, implica también brindar cuidado y afecto de manera activa.
Vivir la paternidad de forma activa implica darle un giro al rol tradicional del padre.
Un buen padre toma un papel protagónico en la formación de sus hijos y asume la responsabilidad de lo que significa serlo.
Se involucra desde la concepción en todo el proceso de traer un bebé al mundo y comprende que solo hay un papá, nadie puede reemplazarlo.
Un padre activo sabe que su voz brinda seguridad y confianza de cara al futuro.
Establece límites en la conducta de sus hijos y cierra el círculo del amor que debe rodear al niño.
Proporciona un elemento único y esencial en la formación del hijo, y su influencia es el arma más poderosa para la salud emocional.
Es él quien estimula a los pequeños a superarse y alcanzar nuevas metas.
¿Cómo ser un padre activo?
Cambia tu mentalidad y comienza a ser un padre activo con los siguientes consejos:
- Invierte tiempo con tus hijos: Busca momentos exclusivos en los que puedan compartir actividades, juegos o charlas. Disfruten realmente de estar juntos. Esta es la única forma en que los vínculos crecerán y se fortalecerán.
- Expresa tus sentimientos: Si te cuesta expresar tus sentimientos, deja esos miedos de lado en la relación con tus hijos. Un buen padre abraza, besa y elogia a sus pequeños siempre que puede. El cariño es la base de una relación sana.
- Imparte disciplina con amor: Todos los niños necesitan consejos y disciplina, pero esta no debe ser impuesta como un castigo. Establece límites razonables y ayuda a tus hijos a aprender las consecuencias lógicas y naturales de sus acciones. Los padres que disciplinan de forma tranquila, justa y sin violencia demuestran su amor.
- Sé un buen ejemplo: Los niños son grandes imitadores. Van a copiar tus acciones y tu forma de vivir. Los padres son un referente y enseñan las cosas importantes de la vida al demostrar humildad, honestidad y responsabilidad.
- El trabajo de un padre nunca termina: Incluso cuando los hijos crezcan y se vayan de casa, seguirán recordando los consejos y la sabiduría de sus padres. Ser padre es un compromiso de por vida.
Ser padre en la actualidad puede ser más difícil que antes, pero no lo es si, ante todo, se educa con amor.
Hoy quiero rendir homenaje a los héroes silenciosos y brindar tributo a aquellos padres que dejan huellas imborrables en el corazón de sus hijos.
Da click aquí y: ¡Celebremos la Paternidad y el amor incondicional que guía nuestro camino!
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Oración:
Querido Padre del cielo, te doy gracias por el don de la paternidad que les has regalado a quienes son padres.
Te pido por ellos, para que de tu mano, sigan dando testimonio de amor y cuidado a sus familias y que ellos sepan tomarte de modelo para amar como tú a sus hijos. Amén.