“El sentido de la vida no se encuentra, se construye”
Descubrir mi propósito de vida, no es algo que se revela de la noche a la mañana, sino un camino de descubrimiento, un despertar que requiere disposición, tiempo y un compromiso personal.
“El sentido de la vida no se encuentra, se construye.” Esta frase del Dr. Mario Alonso Puig resuena profundamente en quienes están en la búsqueda de su propósito.
Pero ¿Cómo descubrir mi propósito?
Para descubrir nuestro propósito vital, es necesario desprendernos de los paradigmas que hemos adoptado a lo largo de los años.
A las creencias que hemos ido forjando desde nuestra infancia o a la ola arrolladora de información e influencias que nos llegan cada minuto a la palma de la mano.
Con todo esto nos enfrentamos a una pregunta clave: ¿Para qué estoy en este mundo?.
Esta pregunta no tiene una respuesta inmediata, sino que es un proceso de reflexión que requiere paciencia y apertura.
El Dr. Puig enfatiza que la revelación de nuestro propósito solo llega cuando estamos listos para recibirla.
Te comparto cinco ideas claves que pueden ayudarte a descubrir tu propósito vital en medio de esta tormenta de ideas, información e ideologías que nublan nuestra visión.
1. Despréndete de los paradigmas
Muchas veces vivimos bajo creencias o expectativas que nos limitan. Liberarnos de esas ataduras mentales es el primer paso hacia el descubrimiento de nuestro propósito.
Dejar de lado lo que creemos que “deberíamos” ser nos permite conectar con lo que realmente somos y queremos hacer en este mundo.
2. Vive para los demás
En el ADN de nuestra misión de vida está el servicio. Vivimos para servir a los demás, y a través de este servicio logramos una vida plena.
Encontrar nuestro propósito es también encontrar la forma en que podemos contribuir al bienestar de quienes nos rodean.
3. Silencio y reflexión
Para encontrar respuestas profundas, necesitamos silencio. Tanto el ruido externo como el interno nos impiden ver con claridad.
Al aislarnos al menos unos minutos cada día del ajetreo cotidiano y de las voces internas que nos juzgan o nos apresuran, podemos meditar sobre nuestro proyecto de vida y verlo con una nueva perspectiva.
“Solo en la quietud se revela lo que realmente importa”.
4. Un proyecto en constante evolución
Nuestro propósito no es algo fijo, es un proyecto en constante actualización. Vivimos en gerundio, es decir, estamos siempre en proceso de ser.
Este proyecto de vida evoluciona con nosotros, adaptándose a las circunstancias y a nuestra nueva forma de comprender el mundo.
Así, lo que hoy consideramos nuestro propósito puede actualizarse con el tiempo, y está bien. Recuerda “estamos en una auto construcción permanente”.
5. Cada uno a su paso
Cada persona tiene su propio tiempo para descubrir su propósito. No podemos imponerlo ni forzarlo en otros, como bien dice el Dr. Puig: “Vas a llegar al mar, te pongas como te pongas”.
Esto significa que el proceso es inevitable, pero la forma y el momento en que lleguemos son únicos para cada uno.
Nuestra labor es proponer, compartir lo que hemos aprendido, pero nunca imponer. Cada uno encontrará su momento y su propia inspiración.
Hoy te invito a poner un poco de pausa a tu vida, un poco de silencio y abrirte al descubrimiento de tu propósito vital.
Nadie puede recorrer ese camino por ti, pero está a tu alcance dar un paso más hacia la felicidad.
Al encontrar y vivir nuestro propósito, no solo nos enriquecemos, sino que impactamos profundamente en el mundo que nos rodea.
Cierra los ojos y pregúntate: ¿Para qué estoy aquí? Las respuestas están en tu interior, esperando a ser descubiertas.
“El mayor regalo que podemos hacernos es ser fieles a nosotros mismos”.