Introducción: ¿Qué es el Adviento católico?
El Adviento es uno de los tiempos más hermosos y profundos del año litúrgico.
Es una temporada de preparación, esperanza y conversión en la que la Iglesia nos invita a disponernos para recibir al Señor que viene.
Durante cuatro semanas, los fieles católicos se preparan para celebrar la Navidad, el nacimiento del Salvador, pero también para acoger a Cristo que viene cada día y esperar con gozo su venida gloriosa al final de los tiempos.
El término Adviento proviene del latín adventus, que significa venida o llegada.
Así, el centro de este tiempo no son las luces, los regalos ni las compras, sino el encuentro personal con Cristo que viene a habitar entre nosotros.
El significado espiritual del Adviento
El Adviento católico tiene una doble dimensión: recordar y esperar. Por un lado, recordamos la primera venida de Jesús, humilde y sencilla, en Belén.
Por otro, esperamos su segunda venida, gloriosa y definitiva, al final de los tiempos.
Entre ambas, vivimos una venida cotidiana: Cristo que se hace presente en nuestra vida diaria, en los sacramentos, en su Palabra, en los pobres y en la comunidad de fe.
Por eso, el Adviento no es solo una preparación para una fiesta, sino un tiempo de gracia, una invitación a reavivar nuestra fe, renovar la esperanza y abrir el corazón al amor de Dios.
Los símbolos del Adviento
La Iglesia, sabia en su pedagogía, nos ofrece signos visibles para ayudarnos a vivir este tiempo con mayor profundidad.
Entre los principales símbolos del Adviento católico, encontramos:
La corona de Adviento
La corona de Adviento es el símbolo más conocido. Está formada por ramas verdes —símbolo de vida y esperanza— y cuatro velas que representan las cuatro semanas del Adviento.
Cada domingo encendemos una vela, recordando que la luz de Cristo crece en medio de las tinieblas del mundo.
- La primera vela representa la esperanza y nos recuerda la promesa del Mesías.
- La segunda vela simboliza la fe, la confianza en que Dios cumple sus promesas.
- La tercera vela, de color rosado, representa la alegría del Señor que está cerca (domingo Gaudete).
- La cuarta vela simboliza el amor, el gran regalo de Dios que se encarna por nosotros.
El color litúrgico
Durante el Adviento, el color litúrgico es el morado, signo de penitencia, preparación y conversión del corazón.
En el tercer domingo, el sacerdote usa ornamentos rosados, que expresan la alegría anticipada de la Navidad que se aproxima.
La Palabra de Dios
La liturgia del Adviento nos ofrece lecturas cargadas de esperanza. Los profetas, especialmente Isaías, anuncian la venida del Mesías.
San Juan Bautista nos llama a preparar el camino del Señor, y la Virgen María nos enseña a esperar con fe, humildad y amor.
Vivir el Adviento: tres actitudes cristianas
Para vivir el Adviento católico con fruto espiritual, la Iglesia nos invita a tres actitudes fundamentales:
1. Orar con más intensidad
El Adviento es tiempo de oración. No se trata de hacer más cosas, sino de darle más espacio a Dios.
Rezar en familia ante la corona de Adviento, leer cada día un fragmento del Evangelio, meditar el misterio de la Encarnación o participar en la Eucaristía dominical son formas concretas de preparar el corazón.
2. Convertirse y reconciliarse
El Adviento también es un llamado a la conversión. San Juan Bautista nos invita a enderezar los caminos del Señor.
Confesarse, perdonar, reconciliarse con los demás y practicar la caridad son formas concretas de allanar el camino para Cristo.
3. Vivir en esperanza
La virtud del Adviento es la esperanza. A pesar de las dificultades, el cristiano sabe que Dios no abandona a su pueblo.
Esperar a Cristo significa confiar en su promesa, creer que su amor transforma la historia y que la luz vence sobre la oscuridad.
María, modelo del Adviento
Nadie vivió el Adviento mejor que la Virgen María. Ella esperó a su Hijo con fe, silencio, pureza y amor.
Mirar a María en este tiempo nos enseña a acoger la voluntad de Dios, incluso cuando no la entendemos del todo, y a mantener la esperanza firme en medio de la incertidumbre.
Rezar el Rosario o meditar los misterios gozosos durante el Adviento nos ayuda a caminar de su mano hacia Belén.
Consejos prácticos para vivir el Adviento en familia
El Adviento también es una oportunidad maravillosa para renovar la vida familiar.
Algunas ideas sencillas:
- Colocar la corona de Adviento en casa y encender las velas cada domingo con una oración.
- Leer juntos las lecturas del día o un fragmento del Evangelio.
- Realizar un pequeño calendario de gestos de amor (por ejemplo: visitar a un enfermo, escribir una carta, donar ropa).
- Preparar un pesebre espiritual, donde cada acción buena sea una “paja” para el Niño Jesús.
- Participar en Misas, retiros o confesiones previas a Navidad.
Estas prácticas ayudan a vivir el Adviento en comunidad y en familia, recordando que la fe se fortalece cuando se comparte.
El Adviento en la liturgia católica
El tiempo de Adviento dura cuatro domingos, y se divide en dos partes:
- Desde el primer domingo hasta el 16 de diciembre: la mirada se dirige hacia la venida gloriosa de Cristo al final de los tiempos.
- Del 17 al 24 de diciembre: la liturgia se centra en la preparación inmediata para la Navidad.
Cada domingo, las lecturas del Evangelio presentan una progresión espiritual:
- Primer domingo: vigilantes ante la venida del Señor.
- Segundo domingo: conversión y preparación del corazón.
- Tercer domingo: alegría en el Señor.
- Cuarto domingo: contemplación del misterio del nacimiento inminente del Salvador.
Conclusión: Adviento, un camino hacia Belén
El Adviento católico es un tiempo de gracia que nos invita a volver al corazón, a esperar con esperanza y a prepararnos con amor para recibir al Emmanuel, Dios con nosotros.
No se trata solo de adornar el árbol o comprar regalos, sino de dejar que Cristo nazca en nuestra vida. Como dice el Papa Francisco:
“El Adviento nos recuerda que la fe no es algo del pasado; es una esperanza viva que transforma el presente.”
Vivamos este tiempo con el alma despierta, la oración encendida y el corazón dispuesto.
Que María, la Virgen de la Esperanza, nos ayude a preparar con amor el camino del Señor.
Catholizare te invita a vivir este Adviento con profundidad espiritual.









