“El fruto de la Navidad es la ALEGRÍA y la ESPERANZA, son dos frutos especiales de la Navidad”

Los quiero invitar a que seamos esta Navidad, evangelizadores esperanzados por la noticia del misterio que celebramos.

Hay un teólogo que dice que: “Si Dios se ha hecho hombre, ser hombre, ser humano, es lo más grande que se puede ser”.

Esto me ayuda estos días a reconocer que el misterio de la encarnación, de este Dios que se hace humano en Cristo, es lo que realza nuestra dignidad, la dignidad humana.

Toda la tierra está de fiesta porque Dios ha asumido la naturaleza humana. Dios se ha hecho humano como nosotros.

También hay otro autor que dice que “Desde el momento que Dios se hizo hombre, hasta los ángeles tienen envidia de los hombres”.

A mí esta frase me ayuda a entender que Dios se ha querido hacer humano como nosotros, ha asumido la naturaleza humana, ha dado a la humanidad un sentido muy grande.

Esta Navidad es un momento de unión con Jesús, muy bonita en donde le acogemos. A Jesús se le acoge no se le comprende.

El misterio de la encarnación no se le comprende en su totalidad se le acoge con agrado como lo hizo José, María, Pedro, Zaqueo y tanta gente en su momento en su encarnación.

A Jesús se le acoge, ¡acojamosle! 

El fruto de la Navidad es la alegría y la esperanza. Son dos frutos especiales de la navidad. Sobre todo para nosotros que somos evangelizadores para otros. Evangelizadores llenos de alegría. 

Los pastores se llenaron de inmensa alegría al oír lo que el ángel les decía. Seamos evangelizadores llenos de alegría, que rebosan de alegría en la esperanza de cristo y de su misterio pascual.

Compartamos con otros esa alegría de ser evangelizadores, de acogerlo en la propia persona y de compartirlo con los demás. Feliz Navidad a todos.

En busca de la Cueva: 

“Quisiéramos dar con la cueva de Belén. La curiosidad nos empuja. Voy a seguir buscando. Entrando ya en el corazón de la noche, ¿Por dónde me oriento? ¿Hacia dónde avanzo? 

El Amor que yo busco es tan intenso como silencioso; es tan disimulado y cercano como poderoso y distinto; es tan disimulado y cercano como poderoso y distinto; tan seductor y fascinante como insignificante y marginado para la mayoría. 

Ama tanto el desierto y la vida oculta como el prender fuego en el corazón de todos. Vive sin confort alguno y regala amor sincero que aquieta el alma. Porque, en nosotros, como si se detuviera el respirar y el latido del corazón, el niñito concentra y polariza todo.

Las palabras también se detienen, porque además no aciertan a expresar el grito de Amor que hiere los corazones cuando te arrodillas ante la cuna de pajas de un Dios infinito. 

“El Amor verdadero, el Amor genuino y sincero, no consciente comentario”. Padre Jaime Bonet. Fundador de la Fraternidad Misionera Verbum Dei.