¿Cómo dar lo mejor de nosotros sin morir en el intento y amando más a Dios?
¿Qué tal te está yendo en tu trabajo? ¿Y en tu estudio? Y, ¿qué me dices del deporte? Oye, aunque todo eso marche sobre ruedas, ¡no olvides lo más importante! “Ayudar y amarse”
Este comercial de MTN Group, la compañía sudafricana de telecomunicaciones, nos muestra cómo la joven protagonista busca diversificarse y ser la mejor en cada uno de los ámbitos en los que se desenvuelve.
¿Cómo esto puede decirte «sé tu mismo» y, a la vez, «da lo mejor de ti»?
Sé tú mismo para alcanzar la plenitud
Al ver el vídeo no pude evitar pensar: «Wow, esta chica sí que vive plenamente». Pero, ¿es realmente así?
¿Realmente vive más plenamente aquel que hace más cosas?, ¿quien tiene su agenda rebosante, en donde no entra ni un alfiler?
¿Vive más plenamente aquel que es «exitoso»?, ¿el que cumple sus metas profesionales, deportivas, el que puede hacer lo que le gusta, el que se divierte, el que desafía sus propios miedos…?
A los ojos del mundo, ¡por supuesto que sí! Pero todo eso no nos asegura la plenitud ni la felicidad.
Estoy segura de que a todos nos ha pasado, que todos alguna vez nos hemos sentido como «desconectados», aun haciendo cosas increíbles y realmente buenas.
Quizás tu trabajo sea excelente, quizás ayudes a muchos en el camino, seguro te diviertes un montón, pero… ¿no has sentido que podrías estar viviéndolo de otra manera?, ¿como si muchas veces estuvieras viviendo solo un pálido reflejo de lo que en verdad podrías…?
Si bien podemos estar llenos de buenas actividades, buscando superarnos continuamente, batir nuestros propios récords, si estamos desconectados de la fuente no podremos llegar a ser nuestra mejor versión.
¿Éxito? ¡Solo de Su mano!
Pero ¿a qué me refiero con «nuestra mejor versión»? Hace años tengo una hermosa frase de San Agustín que me acompaña, y dice: «Cuando caes de Dios, caes de ti mismo».
¿Qué habrá querido decir San Agustín con esto?
No soy una experta teóloga, pero según lo que entiendo, quiere transmitirnos que nuestra verdadera esencia, quienes tú y yo somos realmente, nuestra versión más plena es de la mano de nuestro Padre.
Cuanto más me alejo de Dios, más me alejo de mí mismo y de mi mejor versión.
Sorprendente, ¿no lo crees? ¿Lo habías pensado de esta manera? Me siento lejos de Él, pero de todas maneras tengo deseos de hacer el bien.
Esta frase me recuerda que mis mayores «éxitos» serán siempre a su lado.
Pozo agotado
El comercial también me trajo a la memoria aquel pasaje evangélico del joven rico, que ya cumplía con todos los mandamientos, pero no fue capaz de cumplir con lo último que Jesús le pidió:
«Anda, vende cuanto tienes, dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; ven después y sígueme» (Mc 10, 17-22).
Querido lector, ese joven somos tú y yo… tantas veces creemos que, porque Jesús es todo amor y misericordia, no nos exigirá aquello que realmente podemos dar.
¡Cuántas veces creemos que lo estamos dando todo en nuestra relación con Él y nos conformamos con la mediocridad!
¡Cuántas veces nos reservamos ese extra para nosotros mismos! ¡Cuántas veces nos autoconvencemos de que ya no tenemos nada más por dar, nada más por cambiar, de que nuestro pozo de agua está totalmente agotado, incapaz de dar ni una gota más!
Sé tú mismo… pero dando un poco más
Cualquiera que se detenga por tan solo unos segundos a reflexionar al respecto, se verá obligado a admitir que aún puede dar un poco más por Él, y que solo volviendo a la fuente de Agua Viva podrá encontrar su mejor versión.
Respecto a esto: ¿cómo viene tu oración?, ¿frecuentas los sacramentos? Si crees que ya cumples con esto, ¿piensas que podrías mejorar tu preparación para recibirlos o extender tus momentos de oración?, ¿piensas que podrías continuar tu formación?
Desde ya que la actividad es buena: el trabajo, el deporte, los éxitos profesionales, la diversión. Todo eso Dios lo quiere para nosotros y lo contempla en su plan de amor para nuestras vidas.
Pero aun cuando hagas todo lo que la joven del comercial, si es lejos de Él, puede que sientas esa desazón, esa falta de sentido, esa incomodidad.
Hijos de la eternidad
Y ¿sabes por qué? Porque fuimos creados para la eternidad por un Dios todo Amor, y nos lo dejó inscrito en nuestros corazones. Por eso la actividad y las cosas del mundo (¡por más buenas que sean!) jamás colmarán ese anhelo interior y tendencia a la eternidad.
Y es solo en Él en donde seremos realmente nosotros, es en Él donde está nuestra mejor versión. Tú, yo. No importa cuál sea tu situación actualmente, cuál sea la circunstancia por la que estés pasando, o las dificultades que se puedan presentar.
No importa que no sepas bien qué camino tomar, o que sientas que no hay lugar para tí aquí.
No hace falta que te llenes de actividades para encontrar tu mejor versión, encuéntrate con Él y rápidamente verás cómo encuentras tu lugar en el mundo, y cómo el mundo se vuelve un lugar lleno de color y de sentido, y como tú encuentras tu mejor versión.
Fuente: Catholic-Link
Oración
Querido Jesús, quiero poner en tus manos nuestras vidas, te pido que cuides y orientes nuestros pensamientos.
Enséñanos a saber mantener un equilibrio en nuestra vida, que ante todo, sepamos llevar ese balance que nos invitas a tener. Bendice y cuida nuestras vidas y las de nuestros seres queridos. Amén.