En el evangelio de Mt. 18, 15-20 Jesús nos llama a realizar una corrección fraterna a aquellos hermanos que han fallado o bien tienen actitudes que los alejan del camino del bien, pero nos da algunas pautas o pasos a seguir para hacerlo con humildad, son solo tres puntos que a continuación te comparto:
- Platicar a solas con el hermano sobre su falla
- Si no hace caso o no cambia, pide ayuda a uno o dos hermanos que sirvan de testigos
- Si se niega a hacer caso, pide ayuda a la comunidad
Correción fraterna
Para hacer una corrección como Jesús nos enseña es importante discernir antes si la hago por mi soberbia, por demostrar solamente que yo estoy en lo correcto o que sé mas que mi hermano, o bien si lo hago con humildad y porque realmente me preocupa su salvación y busco su bien mayor.
En Mt. 7 3,5 también Jesús nos pide mirarnos primero antes de corregir al hermano, quizá he visto que aquella persona falla constantemente en la caridad, pero yo no soy la persona más caritativa, primero he de trabajar en mí, sacar la viga de mi ojo para después ayudarle al otro a retirar la paja en el suyo.
Sumado a esto no es precisamente el camino del juicio el que debemos tomar, solo es corregir lo cual es muy distinto.
Para poder ver todo esto y bajarlo al corazón, es necesario que pidamos la guía del Espíritu Santo, reconocernos pequeños y recordar que si de amor y misericordia se trata no podemos sin la gracia de Dios.
Quizá tengamos éxito desde el primer paso, siempre y cuando lo hagamos de corazón
Debemos corregir como Jesús lo hacía, lo podemos ver en algunos pasajes como el de la samaritana en el pozo de agua le habló con el corazón, poniendo la verdad por delante.
Con la mujer adúltera otra corrección que hizo con amor, sin señalarla, con sus discípulos, con Martha, que se preocupaba por tantas cosas, pidió a Jesús que corrigiera a su hermana María y la que resultó corregida fue ella.
Jesús corrige fraternalmente poniendo en primer lugar la verdad que es Jesús mismo (Camino, verdad y vida), pero su corrección además proviene del amor que nos tiene a cada uno.
Piensa un poco en las veces que has fallado a Dios padre, ¿Cómo te ha corregido?
Ahora veamos la otra cara de la moneda, todos hemos sido corregidos alguna o muchas veces, por algún familiar, amigo, compañero en la escuela o el trabajo, pero no estamos exentos, somos humanos y fallamos con frecuencia en tantas cosas.
Quizá en esas correcciones que hemos recibido, no hemos hecho caso a la primera, se han requerido testigos y bueno en casos muy extremos una comunidad entera haciéndonos ver nuestra falla.
El punto aquí es que sabemos que no es fácil y que en ocasiones nos cuesta aceptar que fallamos, Jesús también nos hace la invitación a recibir las correcciones de nuestros hermanos aunque no siempre las recibamos con las mejores palabras, confiemos en que ese hermano busca nuestro mayor bien, y también aquí apliquemos discernir a la luz del Espíritu Santo.
Oración
Señor Jesús que a ejemplo tuyo mi corrección sea para ayudar y no para lastimar al hermano, dame la capacidad de corregir cuando sea necesario y no callar, buscando siempre ese cuidar del otro.
