Por duelo, podemos entender toda afección causada por una “pérdida” con la característica de que no tenemos la posibilidad de recuperar, como es la muerte, pérdida de la salud, pérdida de trabajo, divorcio, migración.
Las emociones y sentimientos que se producen a consecuencia de la “pérdida” de un ser querido son parecidos a las emociones y sentimientos que experimentamos.
Ante otras “pérdidas” que se tienen a lo largo de la vida, por un divorcio o separación, una jubilación, etc.
El Dr. Gómez Sancho, paliativista, señala:
“La pérdida no está forzosamente ligada a la muerte que, sin embargo, constituye el paradigma del duelo.
La muerte imprime al duelo un carácter particular debido a su radicalidad, de su irreversibilidad, de su universalidad y de su implacabilidad.
Una separación no mortal deja siempre abierta la esperanza del reencuentro”.
La tanatología es una ciencia relativamente nueva en la rama de la salud mental.
Si bien ya hay varios especialistas o expertos en duelo que distinguen en fases o etapas, en esta ocasión me permito compartirles las que el Psicólogo experto en duelo José González distingue y resume dos fases:
Elaboración del duelo
Conta de dos palabras “elaboración” que tiene que ver con el término “labor”, es decir tarea, y por tanto con las consiguientes tareas que de manera activa tenemos que realizar para poder superar la perdida de nuestro ser querido.
La siguiente palabra “Duelo” que procede del latín y significa dolor, por lo tanto, esas tareas nos van a suponer dolor y eso es algo que vamos a deber tener muy en cuenta.
Proceso de aceptación
La palabra “proceso” tiene que ver con el tiempo, el tiempo es necesario en el duelo así como lo que se vaya haciendo en tiempo.
Para poder disminuir las reacciones emocionalmente intensas que acompañan al doliente y permita ver en la realidad desde otra perspectiva más racional.
La palabra “aceptación” que significa vencer la negación de la muerte, del dolor y comenzar a aceptar que aunque duela no me queda otra que aprender a vivir y aprender a recordar a la persona querida y perdida desde la perspectiva de la realidad cotidiana.
La realidad del futuro que tengo que recorrer y vivir sin él o sin ella a mi lado pero con la presencia integradora que me dará el trabajo en duelo y su integración en mi nuevo yo.
Las fases y tareas para poder superar un proceso de duelo pueden ser las mismas independientemente del tipo de pérdida que se esté experimentando.
La diferencia será en la intensidad de las emociones y sentimientos, el momento de la vida en la que se produce la misma tanto del fallecido como quien experimenta la pérdida.
Así como los vínculos afectivos, del apoyo familiar y social que tenga en el momento de la pérdida.
El teólogo Arnaldo Pangrazzi en su libro “El mosaico de la misericordia” establecía un decálogo de situaciones por las cuales los seres humanos podemos atravesar situaciones de duelo a lo largo de la vida.
Las circunstancias serían las siguientes y se resumen en cinco bloques o apartados:
1. Pérdida de la vida
Fallecimientos como muerte perinatal, aborto, muerte infantil temprana…) Hablaríamos en este caso del tipo de pérdidas más importantes, pérdidas vitales y totales.
2. Pérdidas de la salud
Son pérdidas que tienen que ver con la salud. Enfermedades recurrentes tanto físicas como psicológicas que limitan nuestra vida, pérdidas físicas (amputaciones), pérdida de capacidades sensoriales y cognitivas.
Aquí pueden aparecer tanto pérdidas físicas, referidas a partes de nuestro cuerpo, incluidas las capacidades sensoriales, cognitivas, motoras, como psicológicas, por ejemplo, la autoestima, o valores, ideales, ilusiones, etc.
3. Pérdidas materiales
Son las pérdidas ligadas con objetos, económia, estatus o situaciones sociales, como pérdida laboral, desahucios, pérdida de situaciones sociales, cambios migratorios.
Así como desastres naturales que nos llevan a una situación de cambio vital y un proceso constante de readaptación.

4. Pérdidas intangibles
Dentro de esta categoría se enmarcan las relacionadas con los aspectos de como la libertad, la seguridad social, los sueños, proyectos, ilusiones, sueños y expectativas frustradas (soledad no elegida, no poder tener hijos, sueños laborales que no han podido cumplirse, etc.)
5. Pérdidas ligadas con el desarrollo
Son las pérdidas relacionadas con el propio crecimiento, con el propio ciclo vital normal.
Como puede ser el paso por las distintas etapas o edades, infancia, adolescencia, juventud, menopausia, andropausia, vejez.
En ellas se vive un proceso de aceptación y pérdida.
Por lo anterior podemos concluir que desde que nacemos hasta que fallecemos estamos constantemente viviendo situaciones de duelo.
Y que en ocasiones requerimos de un profesional experto en tanatología, que nos acompañe en el proceso.
Para aceptar el duelo, el dolor en nuestra vida como algo muy humana que nos acerca a Jesús, ser un cirineo que carga la cruz, y que tiene la esperanza en el Jesús resucitado, en el Jesús que venció a la muerte.
Oración
Señor, a Simón de Cirene le has abierto los ojos y el corazón, dándole, al compartir la cruz, la gracia de la fe.
Ayúdanos a aceptar nuestra propia cruz, nuestro propio sufrimiento, aunque esto contraste con nuestros proyectos y nuestras simpatías.
Danos la gracia de reconocer como un don el poder llevar nuestra cruz y compartir la cruz de los otros y experimentar que así caminamos contigo.
Danos la gracia de reconocer con gozo que, precisamente compartiendo mí dolor con tu sufrimiento y los sufrimientos de este mundo, nos hacemos corredentores de la salvación.
Y que así podemos ayudar a construir tu cuerpo, la Iglesia, y resucitar contigo al final de los tiempos.
Si estas atravesando por un proceso de duelo, busca un profesional experto en duelo.

Agenda tu cita con este profesional en solo 3 pasos, dando click aquí.