En lo cotidiano, ¿has llegado a pensar que en tu vida parece que no pasa nada, porque lo único que pasa es la rutina, más aún en el confinamiento?
Lo cotidiano.
A veces pueden llegar a cansarnos o agobiarnos las tareas de todos los días. Incluso podemos pensar que nuestra vida está en pausa porque nada “extraordinario o relevante” sucede.
Y creemos erróneamente que donde sí pasan hechos extraordinarios, que valen la pena compartir es en las redes sociales, donde abundan novedades, anuncios rimbombantes, viajes, reuniones, compras, regalos, etc. Sin embargo, no es así. Las actividades que haces día tras día están llenas de grandeza y trascendencia.
El Papa Francisco explica que Jesús revela “la grandeza de lo cotidiano”, al vivir la mayor parte de su vida, 30 años, viviendo la vida de todos los días, sin aparecer.
La mirada de Dios.
Lo que muestra, dice, un bonito mensaje, para todos nosotros: “la importancia a los ojos de Dios de cada gesto y momento de la vida, también el más sencillo y escondido”[1].
Esto significa que desde la mirada de Dios todos los actos sencillos, simples u ordinarios están empapados de trascendencia.
Es decir, aunque se realicen en lo escondido o en lo secreto tienen un alcance más allá de lo que podamos imaginar porque son parte de un proyecto más grande, el proyecto de Dios.lk
La grandeza de lo cotidiano consiste en llenar de sentido cada actividad que hacemos por muy simple que parezca como: limpiar la casa, cuidar al bebé o los hijos, arreglar el clóset, sacar la basura, trabajar, lavar los trastes, doblar la ropa, entre otras.
La Sagrada Familia.
José, María y Jesús fueron una familia como cualquier otra, con tareas y responsabilidades. Ellos son un claro ejemplo
de que la cotidianidad y la rutina son parte del proyecto de Dios; su trascendencia llega hasta nuestros días.
San Josemaría Escrivá decía que la vida ordinaria es un lugar de encuentro con Jesús, quien se encarnó también en ella. Recomendaba a cada cristiano “vivir santamente la vida ordinaria”, porque cuando una persona hace con amor lo más intrascendente de las acciones diarias, aquello forma parte de la trascendencia de Dios[2].
Así que en cada gesto por más sencillo y escondido que parezca hay grandeza y trascendencia. Recuerda que en medio de tu cotidianidad y rutina cada actividad abona a la grandeza del plan de Dios.
Oración:
Sagrada Familia, intercede por todos nosotros, matrimonios y familias que estamos día con día buscando la voluntad de Dios; que iluminados por su palabra descubramos la grandeza de lo cotidiano en cada actividad que realicemos. Amén.
Recuerda visitar nuestra sección de Psicólogos Católicos, si estás viviendo alguna dificultad que te impide descubrir la grandeza de lo cotidiano.
Unámonos en oración en nuestra sección: Pide y haz oración. Deja escritas todas tus intenciones. Muchos oraremos por ti y los tuyos.
Si tienes alguna oración
La grandeza de lo cotidiano
Gina Vallejo
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