Si recorriéramos toda la historia de la humanidad, no encontraremos ningún acontecimiento más asombroso, más importante y tan grande como la Resurrección de Cristo.
La pasión que Él sufrió, antes de este evento, fue espantosa
Y si tan solo nos concretáramos a la agonía en Getsemaní, descubriremos de qué manera se manifestaron ahí, ambas naturalezas la divina y la humana.
Cristo siendo Dios, miro, en un eterno presente, todo el tormento que le vendría a partir de esa noche.
Los insultos, los clavos, las espinas, los golpes y las ofensas.
Pero como hombre, atormentado, pidió a Dios, que pasara de beber ese cáliz pero que se hiciera su voluntad, prevaleciendo el amor y la obediencia.
Ahí, su humanidad transpiro sangre, mostrando que estaba angustiado hasta la muerte y como a pesar del miedo, afrontó y asumió completamente su misión de redentor.
Y entregó su vida y su sangre y dándole al hombre otra oportunidad, de volver a ser llamado hijo de Dios.
Pero no quedo ahí, no todo se terminó con su muerte, todo este sacrificio lo coronó con el gran acontecimiento de toda la historia humana.
Y como dice San Pablo, si Cristo no hubiese resucitado, ¿por qué creer en un hombre muerto?
Cada Pascua, los católicos celebramos solemnemente este evento
Hubo en ese tiempo miles de testigos, primero las mujeres, a las que hoy las ideologías quieren hacer cada vez menos socialmente hasta hacerla desaparecer.
(Tema que tocaremos en otro momento) y después sus acobardados discípulos que escondían en el cenáculo, bajo el amparo de la Virgen María, la madre de Jesús.
Hoy los enemigos de la Iglesia, intentando opacar, está victoria, intentan distraer a católicos para que no celebren más esta solemnidad.
Promocionando vacaciones y fiestas paganas acomodadas de tal forma, que los fieles no tengas ganas, ni oportunidad de asistir a las celebraciones de la Semana Santa.
Perdiendo la única oportunidad del año de tener vacaciones, hasta lograr que la comodidad y la apatía, provoquen la deserción de miles, de católicos mediocres, a la Iglesia Católica.
Cristo triunfó
Y nadie puede negar que se dio este milagro. Algo que solo Dios pudo realizar.
Cuando Cristo vence la muerte, con ella vence al pecado y derrota al mentiroso, al que nos ha odiado desde el principio, y que con una historia falsa, aprovecha la prueba que Dios pone a creación mas amada, para engañar a Adán y a Eva para desobedecer.

Los católicos no podemos temerle más a este derrotado, ya triunfamos
Nuestro Señor ya nos lo había advertido antes de morir; vendrán catástrofes, persecuciones y muchos morirán por mi nombre, pero no teman.
Manténganse firmes en la fe en mí y en Él, yo me voy a prepararles una habitación en casa de mi Padre.
¡No tengas miedo! Pero, no te salgas de la común-unión con Él. Oremos con una profunda y sentida jaculatoria: ¡VIVE ! ¡CRISTO REY!