Construir una relación solida y fuerte no es fácil, en ocasiones los momentos de adversidad nos hacen dudar sobre continuar o seguir adelante.
Aunque parezca increíble, ninguna relación se escapa de los momentos difíciles, la razón es simple y a la vez compleja:
Ambos tenemos historias de vida distintas que afectan nuestra personalidad y nuestra forma de relacionarnos con el mundo
Pero tranquilo, Dios es consciente de nuestra fragilidad y no nos dejará solos, si ya has encontrado a alguien o si aún continúas preparando tu corazón en la búsqueda de un compañero de vida, estos cuatros puntos serán esenciales en tu caminar.
1.- Madurez
Antes de poder entablar una relación con alguien más, es crucial primero conocernos a nosotros mismos.
Entender cuáles son aquellos aspectos de nuestra persona que necesitamos trabajar y conocer cuáles son también aquellas heridas que aún marcan nuestras relaciones para evitar herir a aquellos que más amamos.
El conocimiento personal es un camino arduo que no termina a una edad establecida.
En su libro “sé sanado” el doctor Bob Schuchts nos invita a realizar este recorrido haciendo un análisis de nuestras heridas invitando a Jesús a reinar en nuestra historia.
Si estás aún en esta búsqueda, permíteme recomendarte esta lectura ampliamente, a mis pacientes y a mi nos ha ayudado mucho y estoy seguro de que también podría serlo para ti.
2.- Comunicación
Los conflictos son inevitables, pero eso no significa que todas las relaciones estén destinadas a fracasar.
Para esto es importante aprender a comunicar con honestidad y calma nuestras necesidades más profundas y aquello que nos lastima.
Esto te ayudará a evitar que los problemas simples se conviertan en guerras sin término y te ayudará a conocer y amar mejor a tu pareja.
A veces la comunicación puede tornarse difícil en los momentos donde ambos estamos enfadados.
Por ello, te recomiendo mucho buscar periodos de calma en los cuales te puedas expresarte con honestidad, pero sin el objetivo de herir vengándote de tu pareja, sino con el de expresar tu dolor para buscar nuevas formas de comunicarse.
¿Qué hago si mi pareja se cierra al diálogo?
En ocasiones por experiencias pasadas existen personas que les cuesta mucho entablar los propios sentimientos.
Por ello, es importante abordar las problemáticas de manera progresiva, es importante aquí preguntarnos:
¿Cuáles son las razones que llevan a mi pareja a cerrarse al diálogo y qué tanta responsabilidad tengo yo en eso?
Preguntarle en un momento idóneo y con el tono correcto podría sorprenderte, quizá tu forma de reaccionar, tus gestos o tu tono de voz impacten profundamente en el diálogo con tu pareja.
Si trasladamos esto al diálogo con los propios hijos te asombraría cuantos adolescentes se cierran a sus padres por no sentirse escuchados por ellos, lamentablemente cuando se busca ayuda los problemas han empeorado.
En su libro, “los siete hábitos de la gente altamente efectiva” el doctor Stephen Covey explica de forma magnifica el principio de “primero comprender y después buscar ser comprendido”.
Cuando dominamos este arte aprendemos a vivir con mayor plenitud nuestra relación.
Por otro lado, si el motivo de tu dificultad o la dificultad de tu pareja es más complejo y tiene que ver con heridas profundas que aún no ha logrado sanar, es momento de buscar ayuda externa.
Quizá de un matrimonio acompañante, un director espiritual o un buen terapeuta podrían lograr un trabajo idóneo en aquellos factores que dificultan la relación.
Sin embargo, antes de mandar a tu pareja a terapia, primero pregúntate cuál es tu grado de responsabilidad en el estado actual de tu relación.
3.- Compromiso
El amor va más allá de un sentimiento, es un ejercicio de la voluntad donde aprendemos a decir “si” en los momentos más difíciles.
El verdadero amor se prueba y se acrecienta cuando vamos aprendiendo a afrontar juntos las dificultades, habrá momentos duros de confusión y silencio, donde el corazón requerirá tiempo y esfuerzo mutuo para aliviar el dolor.
Y es ahí especialmente donde debemos aprender a permanecer firmes tomando como ejemplo al mismo Cristo que pudiendo bajarse de la cruz permaneció fiel por amor a nosotros.
Recomiendo mucho a ambos proponerse pequeños retos de manera diaria que ayuden a fortalecerse, esto mantendrá viva la voluntad y la ejercitará para resistir en los momentos difíciles.
4.- Oración
Familia que reza unida permanece unida; pero de una forma muy particular, el guardar siempre una devoción a la sagrada familia nos enseñará desarrollar todas aquellas virtudes que necesitamos para aprender a ser mejores esposos, padres e hijos.
Si aprendemos de las enseñanzas de José y María, Cristo reinará por siempre en nuestros hogares, y él a su vez, se encargará de mantener encendido el fuego del Espíritu Santo.
Que alimentará y renovará cada día el amor que da vida a la gratitud, la ternura, la entrega y la misericordia que mantendrá unida nuestra relación y nuestra familia en los momentos difíciles.
Una práctica maravillosa en esta línea es considerar tener un espacio definido en casa para orar juntos.
Si a los niños se les enseña esta práctica desde pequeños y miran el ejemplo de sus padres aprenderán esta virtud de una manera profunda.
Y esta a su vez los llenará de la gracia de Dios, que es el pilar que mantiene fuerte a los otros tres componentes de una relación fuerte y saludable.
Y si aún no eres casado, el empezar a fomentar esta devoción a la sagrada familia los ayudará a prepararse para los siguientes pasos.
En resumen
La madurez, la comunicación, el compromiso y la oración, serán los cuatro componentes de tu relación que deberás proponerte a trabajar diariamente si deseas ver tu noviazgo o tu matrimonio prosperar.
Mirarlos no solo como una tarea a cumplir sino como un emocionante desafío será tu camino para crecer en virtud hacia la santidad.
Trabajarlos es una tarea diaria que compete a ambos y cuando las cosas se tornan difíciles en el camino es completamente valido buscar ayuda externa.
En el siguiente enlace podrás encontrar un video que simplifica estos cuatro puntos de manera dinámica si deseas escucharlos: https://www.instagram.com/p/DJSpUr6Slpt/

Oración por la familia
Oh Dios, Padre nuestro amoroso,
creador de todas las cosas, enviaste a tu Hijo, Jesucristo, nuestro Redentor, al hogar de María y de José, para formar la Sagrada Familia de Nazaret:
inspíranos, siguiendo su ejemplo, imitemos su amor generoso en nuestra vida familiar.
A través de la intercesión de San Josemaría, ayuda a nuestras familias a conservarse unidas en el corazón de Cristo, en comunión de amor entre padres e hijos;
a reconocer y defender la sacralidad del matrimonio; a acoger generosamente el don de la vida; a proclamar el valor inestimable de cada miembro de la familia.
Concédenos la gracia de entregarnos en un servicio generoso a nuestra familia, que sea reflejo del amor que Jesús tuvo a María y José, para convertir nuestro hogar en una verdadera Iglesia doméstica, que tenga como centro al Señor.
Enséñanos a descubrir a Cristo en las dificultades que puedan surgir en nuestro hogar; y a encontrar la alegría en la cruz, bien unidos al Señor.
Cuida y protege a nuestra familia, para que todos seamos fieles al Evangelio y sepamos conducirnos siempre por los caminos de la santidad. Te pedimos, a través de la intercesión de San Josemaría, que nos concedas el favor que te pedimos (pídase). Amén.
Jesús, María y José, os entregamos nuestros corazones y nuestras almas.

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