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Matrimonio y familia en el plan de Dios

¿Es posible vivir el Plan de Dios para el matrimonio y la familia en nuestro tiempo?

Las familias en “teoría” deben de durar toda la vida; en la práctica resulta muy afanoso, difícil, y para algunas personas imposible; déjame recordarte que para Dios no hay imposibles. Es posible construir sobre roca y formar un sólido matrimonio y una familia en el plan de Dios.

Esto requiere de un trabajo minucioso, me atrevería a decir, como de alfarería, donde cada miembro.

Y en conjunto, tengan la oportunidad de desarrollarse en plenitud, dejando sus vidas en manos del Dios, el Alfarero.

En la vida y en la práctica profesional, me he encontrado que, un gran número de personas en la sociedad, tienen la idea de que mantener una familia unida y armoniosa es imposible.

Incluso muchas parejas huyen al matrimonio, viven juntos incluso sin la idea de formar una familia, optan por el individualismo, el hedonismo, donde vivir el presente sin compromisos y dejarse llevar por el deseo y el instinto.

Muchas veces he pensado que dejamos de hacer los padres, para que hoy los jóvenes huyan a este hermoso plan de vida.

Llego a la conclusión de que no transmitimos el Evangelio de manera eficaz.

El desconocimiento de la verdadera fe católica y los valores cristianos fundamentales ha influido, en aras de una falsa espiritualidad y estilo de vida, por prácticas de “ideológicas”, “modas”.

Psicólogos católicos 2
Psicólogos católicos 2

Dentro un panorama por demás adverso es momento de transmitir el Verdadero Amor y el Plan de Dios para el Matrimonio y la Familia

 

Las crisis nos dan la oportunidad de aprendizaje, aprender las lecciones de vida, aprender de nuestros errores con responsabilidad, utilizar, y enseñar a utilizar al máximo las facultades superiores del hombre, inteligencia, conciencia y voluntad.

Formar en una crianza positiva y consiente para las nuevas generaciones.

La familia es el núcleo y principio de una sociedad, donde se gestan las sociedades, “Formando personas construyendo sociedades”.

Formar personas desde y en el amor, en el matrimonio, en el amor de los esposos, en el Amor de Dios. Gn. 2,24; Gn 1,28; Ro 7:1-3; 1 Cor 7:39

Aquí te recuerdo estos principios para vivir de acuerdo con el Plan de Dios en familia.

Vivir las promesas matrimoniales, que son cimientos para construir un matrimonio sobre roca firme:

“Prometo serte fiel y respetarte, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, para amarte y cuidarte, hasta que la muerte nos separe”

Pareciera que en la actualidad la fidelidad y el respeto, no son virtudes qué se practiquen como debería de hacerse, y me refiero al justo al “Ser”, por  el propio respeto a la dignidad personal y de la pareja.

Replantearnos la fidelidad como principio fundamental

 

En la riqueza y y en la pobreza: Hay un dicho, del dominio público, que dice “cuando el dinero sale por la puerta el amor sale por la ventana”.

El mundo hedonista invita a consumir, a tener más que al “Ser”, se antepone lo material y terreno a lo verdaderamente valioso y eterno.

En cuanto a la enfermedad, también el “mundo” se ha encargado de que el ser humano huya del dolor y del sacrifico.

Necesarios para la salud integral del ser humano, al percibir y hacernos consientes de la fragilidad humana, buscar el sentido trascendente y dar sentido a este dolor y sufrimiento.

Realidades de vida, que requieren de un trabajo sobre todo espiritual, de acompañamiento, de escucha, de perdón, de redención.

Sí bien se busca mantener un “cuerpo saludable”, (ideal perseguido por generaciones) la medicina “alternativa” propone modas e ideologías que promueven de manera distorsionada o sesgada el bienestar personal, la salud física, mental y espiritual. 

Amar y cuidar. Las parejas que fundamentan su amor en la atracción y el placer no llegarán a experimentar el verdadero amor y la plenitud de su propia sexualidad, de donación, de entrega total, de donación y cuidado del otro.

matrimonio, familia

El Amor es eterno, lo Dios ha unido nada ni nadie lo puede separar. Mt. 19, 6

En las relaciones humanas no hay recetas universales. Cada cabeza es un mundo, cada matrimonio requiere de un análisis de caso en particular.

Pues cada ser humano tenemos una historia de vida, aprendimos a enfrentar y responder las dificultades de manera diferente, es decir tenemos nuestras propias estrategias de afrontamiento, mismas que pueden chocar o ser causa de conflictos.

Por lo que es necesario aclarar el panorama, saber dónde estamos y echar a andar estrategias y herramientas, de solución de conflictos, gestión de emociones, para realizar los cambios necesarios y sanar heridas-

Y así con la ayuda de un consejero católico y Dios a la luz del evangelio recibir este guía y acompañamiento.

En el pasaje de las bodas de Canadá, la Virgen ayuda a los esposos en dificultad, intercede por ellos, diciéndoles “hagan lo que él les diga” Jn 2;1-11

Hasta que la muerte nos separe. Permanecer en fidelidad, con un amor maduro que ha trascendido las barreras humanas del egoísmo y el orgullo, de la soberbia y vanidad.

La muerte física indica el final de la vida terrena. Nosotros los católicos tenemos la certeza de fe, de existe una vida eterna, llegar a ese momento con la mayor paz y Gracia posible, confiando en la Misericordia de Dios.

Con la conciencia de que se hizo todo lo que se tenía que hacer, en la lucha acética hasta el último momento, y si es en compañía de nuestro esposo (a), morir con la esperanza de reencontrarnos en el Paraíso Celestial. 2ª de Tim 4, 6-8.

Te espero en consulta para proporcionarte las orientaciones necesarias para tu vida y tu matrimonio. 

Oración por las familias 

Padre Zezinho

Que ninguna familia comience en cualquier de repente

Que ninguna familia se acabe por falta de amor

La pareja sea el uno del otro de cuerpo y de mente

Y que nada en el mundo separe un hogar soñador

Que ninguna familia se albergue debajo de un puente

Y que nadie interfiera en la vida, en la paz de los dos

Y que nadie los haga vivir sin ningún horizonte

Y que puedan vivir sin temer lo que venga después

La familia comience sabiendo por qué y donde va

Y que el hombre retrate la gracia de ser un papá

La mujer sea cielo y ternura y afecto y calor

Y los hijos conozcan la fuerza que tiene el amor

Bendecid, oh Señor, las familias, Amén

Bendecid, oh Señor, la mía también

Que marido y mujer tengan fuerza de amar sin medida

Y que nadie se vaya a dormir sin buscar el perdón

Que en la cuna los niños aprendan el don de la vida

La familia, celebre el milagro del beso y el pan

Que marido y mujer de rodillas contemplen sus hijos

Que por ellos encuentren la fuerza de continuar

Y que en su firmamento la estrella que tenga más brillo

Pueda ser la esperanza de paz y certeza de amar.

Tanatóloga y MCF Victoria M

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Victoria Mijares

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