¿Cómo prepararse para la Navidad?
Escucha este post, y celebra la Navidad.
¡Hola! Mi nombre es Lupita Cázares, esposa de Mundo. Esperamos que se encuentren muy bien y disfrutando de este gran día. ¿Sabes qué día es hoy?
El día en que Dios se hace carne, el día en que la esperanza, la alegría, la paz, el consuelo, la generosidad, la fidelidad y la comprensión se encarna, llega a nuestra casa, ¡Hoy es el día! ¡La espera terminó!
Estamos disfrutando de la alegría de que el hijo de Dios se ha hecho carne por nosotros, por cada uno de nosotros.
Estamos viviendo la alegría de que el hijo de Dios quiere estar en tu matrimonio, siempre ha estado. Cada año Él se hace presente, a través de esa ternura, esa ternura que brota de cuando uno va a recibir a un bebé.
Cuando vas a recibir ya sea a tu primer hijo, a un sobrino, al hijo de algunos amigos, (no sé si les ha pasado) pero es una alegría, es una ternura que te conmueve y te toca el corazón.
Este tiempo fue de preparación y ¡el día ha llegado!
De vivir esta alegría, de ver que todo el esfuerzo de estos días para preparar tu corazón, ya tienen un sentid.
Tiene una alegría muy grande de saber que todo lo que tú has trabajado, has vivido, has mejorado, has renovado, ha tenido un fruto.
A lo mejor puedes experimentar ese fruto de paz, consuelo, perdón, en dónde ahora tu ya puedes ver a tu esposo, a tu esposa de forma diferente, en dónde tienes ya una alegría tan grande que nadie te la podrá quitar.
También, hay que ver que de repente nos pasa que por algunas situaciones, no pudimos preparar el corazón para la venida de Jesús, para la llegada de este bebé que hoy está en nuestro en nuestro hogar.
La magia de la Navidad
Hace muchos años me sucedía que yo le echaba muchas ganas para preparar la casa, con el árbol, los adornos y el querer sentir esa alegría que yo miraba en mucha gente.
Sin embargo, sucedía que cuando llegaba el gran día yo me experimentaba igual que cualquier otro día y había veces en que a lo mejor ya ni siquiera igual, ese día estaba enojada había más problemas.
Había situaciones difíciles o de enfermedad y pues yo no sentía la magia de la que nos hablan en la tele, en el radio, o los centros comerciales.
Eso no lo vivía, esa magia en donde uno desea cerrar los ojos y estar diciendo «quiero ser feliz, quiero tener mucho dinero, que pase algo extraordinario en mi vida» y a la hora del gran día, no pasaba nada.
Por lo tanto, me di cuenta que esto está muy comercializado y te dicen ¡La magia de la Navidad! y ¿saben qué descubrí? que eso no es verdad, la magia se refiere a algo que es inmediato, que se te da porque alguien truena los dedos o porque alguien mueve la varita o algo y eso ¡no existe!
¡El milagro de la espera!
A partir del milagro de la espera, entendí que es un milagro. Porque tú vas preparando tu corazón, vas ejercitándote, tratando de cambiar esas situaciones que no te gustan.
Te vas tomando de la mano de Dios para recibirle de la mejor manera y tu esfuerzo sumado con la llegada de Jesús que viene con todo el deseo de derramar la esperanza, la alegría, la paz, el consuelo.
Todo lo que Él sabe que tu corazón necesita, se une y se hace un milagro, así es, no se trata de algo mágico se trata de un milagro que desborda tu vida.
De igual forma, cuando yo entendí esto, empecé a vivir una Navidad diferente. Fue entonces cuando mi pareja y mis hijos también lo hicieron.
Como resultado, comienzan a sentirse de una forma muy especial, viven la Navidad como realmente se tiene que vivir.
Nos preparamos
Me pasó que el año pasado, con las dificultades de la pandemia y al no podernos reunir con nuestras familias. Mi esposo y yo no nos habíamos dado cuenta que no teníamos Niño Dios.
¡Sí! Así de sorprendente. Poníamos nacimiento y arbolito, pero inicialmente compramos uno para niños, de juguete. Poníamos el juguetito del Niño Dios, pero cuando se perdió, pues no poníamos nada, decíamos:
«Bueno, ya sabemos que ahí va el niño Jesús» así que íbamos a la casa de nuestros padres y de nuestros suegros respectivamente, para ir a arrullar ahí al niño Jesús.
Sucedió que con la pandemia nos quedamos en casa y nos dimos cuenta que no había niño Dios, «¿a quién íbamos a arrullar? ¿a quién íbamos a esperar? si no estaba».
Empezamos a buscar un niño Jesús que nos gustará mucho, que nos atrajera su carita. Con esto empezamos a preparar el corazón, para que llegara este niño Jesús, tan especial, tierno, muy de la familia.
Me acuerdo que yo siempre decía «ay, a mí, a mí no me gustan los niños chiquitos, me gustan» Por lo tanto, yo buscaba un niño así. Fue tan impresionante cuando le recibimos en casa, porque mis hijos lo vieron llegar.
Un niño grande que ellos podían cargar, arrullar, a quien envolvimos realmente en un pañal. Mis hijos se sentían tan contentos de tener a su niño Jesús en casa y ya no a uno prestado.
¿Saben qué?
El niño Jesús llegó a la casa y nos lleno de mucha alegría.
Ahora si, en un lugar muy especial en nuestra casa y también en nuestro corazón.
Mis hijos, pusieron el arbolito este año, más importante es que pusieron el nacimiento. El lugar donde iban a recibir a Jesús. Hay tanta alegría, porque hoy lo tenemos, lo hemos vuelto arrullar.
Veamos cómo cada miembro de la familia le ofrece al niño Jesús lo que tiene en su corazón, lo que estemos pasando o viviendo.
Eso es lo que le puedes ofrecer a Jesús.
A lo mejor no tienes la gran cena, o la gran casa, pero tienes un corazón dispuesto, convencido y enamorado de Jesús, que le lleva en el interior y le transmite a los demás.
Esa es la alegría que hoy estamos festejando, que hoy estamos celebrando.
¿Y los demás?
Hay también que pensar en aquellas personas que tal vez no tuvieron la oportunidad de preparar su corazón.
Yo les digo, ¡no sé desanimen matrimonios! A lo mejor se quedaron a mitad del camino en la preparación, a lo mejor no tuvieron el tiempo para esa preparación.
¿Qué creen? como Jesús ya llegó, te puedes ir preparando tomado de su mano, desde su mirada, para ir preparando tu matrimonio, esta es la oportunidad
Cuando Jesús llega, va preparando tu corazón en el día a día, y Él llega para quedarse. Recuerdo a una amiga que había metido sus papeles de adopción. Sabemos que el trámite es largo, que pueden pasar años, meses.
Ella se estaba preparando solo emocionalmente, porque físicamente no tenía nada.
Un día, cuando menos lo esperaba.
Le hablaron al trabajo (estábamos las dos juntas) y le dijeron: «Ven de inmediato, porque el bebé que habías solicitado para adopción ya está listo para ir a tu casa.»
Recuerdo que no le cayó el veinte de la noticia a mi amiga y comentó: «¿podría mañana temprano a ir a recogerlo?»
Yo creo que a la señorita que le estaba llamando le habían tocado muchos papás despistados así y le dijo: “No. Tiene que venir ahorita”
Ella estaba sorprendida, dijo: “¿Qué voy a hacer? no he comprado nada, no tengo ropa ni cama, ni biberón» Apenas el cuarto del bebé estaba en construcción.
Rápidamente pidió permiso para salir del trabajo, hizo llamadas, a su esposo, a su familia, para decirles que tenían que ir a recoger al bebé, que por favor le compraran biberones, leche. Todo le resultó muy improvisado.
Llegó a su casa por unas sábanas limpias, porque era lo único que tenía para recibir a su bebé. El esposo, que se encontraba en otra ciudad, también pidió permiso para salir al encuentro del bebé y de su esposa, para irlo a recibir.
De cara a Jesús
Hoy que sabes que viene la alegría a tu hogar, a tu matrimonio, ¿sabes qué?
Tienes oportunidad de ir a recibirle con lo que tienes, con lo que tu corazón hoy está viviendo.
Jesús lo va a aceptar, lo va a recibir con mucha alegría, porque es eso lo que Él trae, alegría, paz, el consuelo, lo que necesitas, o tu matrimonio necesita. Esperanza, comprensión, generosidad.
Vamos a hacer un momento de oración. Te invito a que te pongas cara a cara delante de Jesús y que puedas ver, que Él siempre ha estado contigo a lo largo de tu vida, porque desde que tú naciste has escuchado la preparación de la navidad.
Desde que tú tienes uso de conciencia, de memoria, sabes que se celebra la navidad, y la Navidad es preparar el corazón de este hijo de Dios hecho carne por nosotros, por ti, por tu matrimonio.
Te queremos pedir querido Jesús, que puedas llegar a todos esos corazones dispuestos y preparados para recibirte, a todos aquellos a quienes tú quieres llegar.
Oración.
Querido Jesús, que el día de hoy nuestra alegría se desborde y que podamos dar reflejo de ti, que aún en las tristezas, en los momentos de dificultad que estemos viviendo, podamos tener esta paz que solamente tú sabes dar, que solamente tú puedes dar.
Pongo en tus manos a cada uno de los matrimonios que estén escuchando este audio, a cada uno de los matrimonios que están en busca de ti Jesús, te pido por cada uno de ellos. Amén
No me queda más que con la alegría de Dios, desearles una ¡Feliz Navidad!, que esta alegría de hoy, sea para todo el año, hasta para las próximas preparaciones, para los próximos eventos que vienen, les mando un gran abrazo, y de verdad espero, que puedan vivir un gran día y transmitirlo ¡hasta pronto!
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PSICÓLOGOS CATÓLICOS.
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