¿El tamaño del pene define tu masculinidad?
Seguramente la mayoría de los hombres entrados en la pubertad tuvimos un amigo que se preguntaba acerca del tamaño normal del pene y si tú no tuviste, seguro tú fuiste ese amigo.
Esto, en alguna medida es normal porque entrando en la adolescencia, el descubrimiento del cuerpo masculino es parte de nuestro desarrollo.
Pero ¿qué pasa si esta preocupación, lejos de ser solo una inquietud se vuelve en todo un tema que afecta la vida sexual?
Alrededor de dicho órgano masculino, se tienen una serie de mitos e historias, las cuales pueden ser exageradas o reales, mucho dependende la imaginación de quien las cuenta.
Espero, que si has escuchado alguna de ellas, no las hayas creído y no te pase como algunos hombres que miden su virilidad por el tamaño de su pene, y al no cumplir con la medida (imaginaria), dudan de su masculinidad.
Esto puede generar: desde baja autoestima, hasta falta de deseo de contacto sexual con mujeres, debido al miedo del juicio de ellas o al estrés y el miedo de no complacer sexualmente a su pareja.
Si bien, a lo largo de la historia el pene se ha tomado como un centro de poder masculino, no sólo es eso.
Su significado va más allá y habla de nosotros. Hoy abordaremos el tema desde una mirada personalista y desde la antropología del cuerpo.
Al hablar del pene iniciamos hablando de la persona
El mundo está lleno de maravillas, pero nada es tan maravilloso como el propio hombre (Sófocles).
Ante esta afirmación podemos decir que “nada es tan maravilloso como la persona” pues esta fue creada con unas características únicas y exclusivas de sí.
En palabras cortas mencionaré 5 características de la persona humana:
Es UNICA, es decir no hay dos iguales. Cada quien contiene características muy especiales que le acompañan a lo largo de su existencia.
Tales como personalidad, temperamento, carácter, etc.; algunas le acompañaran hasta su muerte.
Y cuando ésta muera, no habrá en la historia de la humanidad alguien como él o ella.
Así es: desde el inicio, hasta que muera el último hombre, no habrá nadie como él.
Esto, nos lleva a afirmar que la persona es IRREPETIBLE.
Dichas características proveen a la persona de una DIGNIDAD enorme, lo cual le da un VALOR incalculable, es decir no existe un precio comercial que iguale su valor.
Es AMABLE, es decir merecedora de amor gratuito.
La persona no tiene que hacer nada para que se le ame, pues ésta “amabilidad”, está inscrita en su ser, sin importar lo que haya hecho o no.
¿Te imaginas lo grande y hermoso que es una persona? Te tengo noticias.
La persona no es un ente que se expresa en un plano etéreo o inmaterial, no. A la persona se le conoce por su cuerpo es gracias a este que me conoces, a tus padres o tu novia, al mundo entero.
Todos existimos por que tenemos un cuerpo, sin éste, no sería posible la existencia de la persona humana.
Corrigiendo un poco la expresión, no tenemos un cuerpo, sino que somos un cuerpo (sino, ¿Qué otra cosa seriamos?).
Sí, así es, nosotros somos nuestro cuerpo, no podemos decir que tenemos un cuerpo.
Pues esto no es una cosa que podemos usar y tirar, tampoco es que sea algo externo a nosotros como si fueran un par de zapatos, este no es un medio si no es “nuestro ser” porque es intrínseco a nosotros.
Es por eso que cuando nos morimos, no tiran nuestro cuerpo a la basura sino que se trata y se deposita en un lugar especial.
Somos y existimos en este cuerpo, hemos sido creados en él, no es de otra manera aunque deseáramos que no fuera así.
Hay quien dice, “soy algo más que sólo mi cuerpo”.
Yo diría, sí, claro que eres más que tu cuerpo, pero ese “más” no te exenta del cuerpo que eres y que siempre serás.
Y es que cuando nace un cuerpo nace una persona, no existen personas humanas sin cuerpos, ya que nuestro cuerpo nos hace plenamente humanos.
Hagamos un ejercicio
Te invito ahora que sueltes el teléfono móvil o el mouse y veas tu mano, mírala, mira cómo es; apréciala. Es perfecta. Así pues eres tú.
Si no tienes mano, entonces mira otra parte de tu cuerpo obsérvalo ese eres tú.
No te enjuicies, sólo contempla, eso que está enfrente de tus ojos es una maravilla.
Pero no sólo eres una mano, sino que eres todo el conjunto de tus órganos y las partes de dicho cuerpo.
“Tu eres tu cuerpo” quiere decir que no estás en un cuerpo, sino que es parte fundamental del ser, esta manera de ser no es temporal sino que es permanente.
Por lo tanto si “tú eres tu cuerpo” entonces ESTE CONTIENE LA MISMA DIGNIDAD Y VALOR QUE LA PERSONA.
Tu cuerpo entonces es único, irrepetible, invaluable, digno y amable.
Por eso es que lo tenemos que amar y cuidar, alimentarlo, amarlo, ya que si te amas, amas a tu cuerpo.
Nadie puede decir que se ama, sino es que ama a su cuerpo.
El cuerpo representa quién eres
Como ya hemos dicho no tenemos un cuerpo, tampoco estamos en un cuerpo (eso sería temporal), somos un cuerpo, si no fuera así ¿Qué otra cosa seriamos?
En ese sentido, el cuerpo habla de quienes somos, tiene toda la historia de nuestra vida y habla de ella.
Habla de nuestra niñez, de las emociones, del desarrollo de la persona, pero además habla del milagro y el misterio que es la vida y la propia persona.
Si tu crees que tienes un pene pequeño, no te avergüences.
Es más siéntete digno, orgulloso de él, pues contiene la misma dignidad que tú, mas adelante en la conclusión comentaremos este punto.
¿Qué tiene que ver todo esto con el tamaño del pene?
Lo dicho no sólo aplica para tu cara o tus manos, sino también a los genitales, en el caso de los hombres.
También al pene ya que es parte importante del cuerpo y tiene la misma dignidad y valor que todo el.
Para contemplar la dignidad y belleza del cuerpo y más específicamente del órgano masculino.
Este no tiene que alcanzar algún estándar de belleza o alguna medida en especial.
(Eso es resultado de la falta de educación sexual) pues ya de si ha sido creado especial y de esa manera es perfecto.
Una mirada utilitarista del pene
Estamos muy acostumbrados a tratar con cosas a diario, el televisor, el auto, este mismo ordenador en el que ahora escribo.
Tratamos con muchas cosas, eso nos hace pensar que las cosas valen en tanto nos son útiles.
¿Quién no estima más un celular con grandes capacidades, encima de uno que no las tiene?
Eso está bien para las cosas, pero no para las personas y mucho menos para el cuerpo.
Este no vale por la función que desempeña, en nuestro caso, el pene no vale por el placer que puede o no proporcionar a una mujer.
Tampoco por el desempeño que pueda tener en una relación sexual, eso sería una visión cosificante del cuerpo.
Es decir: «entre más me sirve el pene, más orgulloso estoy de él», «entre más mujeres atraiga mejor».
Si tú piensas así de tu pene, déjame preguntarte: ¿Qué pasará cuando tengas 80 años y este no responda?
Cuidado con mirar a tu cuerpo como una cosa.
Hombre; como ya lo hemos dicho, amarte es igual a amar a tu cuerpo y esto equivale a amar a tu pene.
Es por eso que es mentira que entre más largo más valioso. El pene vale por sí mismo porque ¡eres tú y por qué tú es valioso!
La función del pene no es el placer si no el amor
De hecho, esa es la función de todo nuestro cuerpo, si lo observamos, nuestro cuerpo es el medio más grande que tenemos para amar a los demás, nadie puede amar sin su cuerpo.
Con él podemos dar un abrazo, decir una palabra de aliento, sostener y ayudar a alguien, sentir una caricia y darla.
Nuestro cuerpo está hecho para amar y en esa dinámica amorosa también entra nuestro órgano masculino.
El pene, no sólo es para dar placer, ese es un regalo de la actividad sexual, pero la función de éste trasciende mucho más allá.
El pene, así como nuestro cuerpo fue creado para amar, salir al encuentro de la otra.
En un encuentro muy especial, un encuentro por medio del cual podemos dar vida a otros seres humanos.
Esto nos hace descubrir que nuestro órgano, el pene, no es como algunos otros, que si bien nos mantiene vivos y funcionales, su función es para el bienestar de la propia persona.
Sin embargo, el pene aparte de tener alguna otra función, este es un medio para amar y dar vida a otras personas.
¿Te imaginas que especial es el pene? … ¡A quien le importa su tamaño!
Firmes y orgullosos de ser hombres
Así es caballeros. Todos los argumentos anteriores tiene un fin.
No se trata de una empoderación emocional del pene, ¡no!, ese no es nuestro estilo, porque además ¿Quien va por la calle pensando en su pene?
No, caballeros esto se trata de integrar el pene (que como ya hemos dicho es tan único y digno como toda nuestra persona).
A ese regalo tan grande que se nos dio a la hora de nuestra creación es decir nuestra MASCULINIDAD.
Esa es la gran conclusión. Sintámonos orgullosos, caminemos firmes, sintámonos dignos de nuestro pene (sin importar el tamaño, esas son tonterías).
Nuestro cuerpo y nuestra masculinidad. Salgamos al mundo para mostrarle la manera en que sólo los hombres podemos amar.
Oración
Señor te doy gracias por el regalo de la masculinidad, gracias porque cuando nos creaste, nos soñaste hombres.
Gracias porque podemos amar de esta manera tan masculina.
Te pido por los hombres que les preocupa o han perdido la confianza en sí mismos por el tamaño de su pene.
Que puedan saber el regalo que es su cuerpo, para que así puedan amar como sólo un hombre lo sabe hacer, cuando te tiene en su corazón.
Te lo pido por Jesucristo nuestro Señor. Amén
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