¿Cómo manejar tus sentimientos?
Es indispensable conocer la diferencia entre emoción y sentimiento, para trabajar en un procedimiento terapéutico adecuado, ya que se tienen que tratar de diferente forma.
Con esta diferencia podemos seleccionar la técnica más adecuada para gestionar las emociones, los sentimientos y los pensamientos.
¿Qué es una emoción?
Cuando se acciona el sistema límbico, porque la amígdala activa el sistema parasimpático, entonces se generan entre otros, cortisol y adrenalina, que son neuroquímicos y hormonales que predisponen a la persona a reaccionar ante algún estímulo externo, o interno.
Es decir, cuando llega la emoción, es porque muchas veces toma el control la amígdala, que está especializada en la supervivencia, ya sea que se pudieran realizar las acciones de correr, atacar, huir, defenderse, o paralizarse.
Cuando la emoción es muy intensa, la descarga hormonal es más fuerte, y tarda más en bajar, en cambio, cuando la emoción es más leve, la carga hormonal se puede disipar más fácilmente.
Las emociones están relacionadas con partes del cerebro, con las respuestas que además coadyuvan al aprendizaje, a la atención, y a la memoria.
Y las partes que participan son el tálamo, el hipotálamo, el hipocampo, la amígdala, el mesencéfalo y la corteza cingulada, además de otras. (Escudero, 2021)
Entenderte y entender cómo relacionarte con los demás.
En la base de cada pensamiento racional, y de cada comportamiento, hay una emoción. Por eso es tan importante educar nuestras emociones, y la de los niños.
Los sentimientos se forman uniendo las emociones con los pensamientos. Es decir, al ponerle nombre a las emociones se convierten en sentimientos, y cuando le pones nombre a los sentimientos tenemos más control sobre ellos.
En nuestro cerebro la emoción y la razón no están enfrentadas, funcionan paralelamente, sin embargo, las emociones primarias al principio llegan más rápido, y las emociones secundarias son aprendidas, se van construyendo con el aprendizaje y la experiencia, por eso…
Las emociones son entrenables como un músculo es entrenable.
Al educar las emociones se educa el cerebro entero. Se puede entrenar el autocontrol, la alegría, la serenidad, el optimismo.
Estas emociones tienen un importante impacto sobre la inteligencia, ya que la amígdala bloquea al hipocampo y se pierde cierta capacidad de tomar buenas decisiones, pero además al vivir estresados y tristes no tenemos una buena calidad de vida.
Las emociones dejan una huella en la parte física del cuerpo, también en nuestra longevidad, en nuestra memoria, en nuestra capacidad de aprendizaje.
Son muy importantes los abrazos o cualquier forma de transmitir afecto, por lo que es recomendable realizar el hábito de transmitir afecto, cada día de alguna manera.
Entre el amor y el miedo es importante elegir cada día el amor.
Considerando ampliamente al amor como creatividad, apertura, curiosidad, risa, afecto, flexibilidad.
Algunas recomendaciones que pueden ayudar son el abrazo, que es un ritual necesario y sano, así como mirarnos a los ojos, o tener contacto como tocarnos.
Por el contrario, por el miedo puede darse la sobreprotección, o actuar con un control excesivo.
Es conveniente que cada uno de nosotros sepamos en que somos buenos, para desarrollarnos en eso, trabajando en nuestros talentos.
Conociendo nuestras fortalezas y debilidades.
Conociendo tus fortalezas puedes trabajar en tus superpoderes para superar los problemas y lo que se presente. En el cerebro humano funciona el circuito de recompensa.
Abrirnos a la capacidad de disfrutar, pero también la capacidad de aceptar, no todo tiene que ser placer para que seamos felices.
También es importante, aprender a disfrutar de las cosas pequeñas, cualquier acción que hagamos. (Aprendemos Juntos 2030, 2018)
¿Cómo gestionar y expresar las emociones?
para poder enseñar a los hijos a expresar emociones, sí importa lo que les digamos, pero es muy importante lo que hacemos, ya que ellos aprenden por imitación, y hay que tener congruencia entre lo que decimos y lo que hacemos.
Las emociones básicas son la sorpresa, el miedo, el enojo, la tristeza, el asco, y la alegría. Es conveniente expresar todas las emociones, identificarlas y descubrir qué utilidad tiene cada una, para entender qué buscan resolver.
Es muy importante ponerles nombre a las emociones, y las emociones tienen muchos matices y muchas intensidades, desde muy suaves, hasta muy intensas, hay que escuchar nuestras emociones, para transformarlas en sentimientos y así encontrar soluciones.
Es necesario, el equilibrio entre emociones positivas y negativas
Cuando intercambiamos 5 emociones positivas por una negativa, y logramos establecer esta actitud cómo hábito, tendremos mejor calidad de vida.
Tenemos un cerebro programado para sobrevivir, y generar emociones negativas, que son necesarias para adaptarnos a las circunstancias, pero es muy importante adquirir el hábito de generar más emociones positivas.
¿Cómo asegurarnos que generamos suficientes emociones positivas?
Es bueno generar entornos en los que la alegría pese más qué las emociones negativas, como mínimo por cada tres emociones positivas experimentar una negativa, pero si fuera experimentar 5 emociones positivas por una negativa sería óptimo.
Para lograr esto sería conveniente generar un ambiente de alegría en casa, esto no quiere decir que no le vamos a dar importancia a las emociones negativas, y aprender a gestionarlas de una manera sana.
Para resolver lo que sea necesario, es importante generar un ambiente de confianza para que se puedan platicar las emociones, compartirlas, escucharlas, entenderlas. Trabajar la capacidad de estar en el presente y aprender a disfrutar lo que vale la pena, y encontrarle sentido a todo lo que hacemos. (Aprendemos Juntos 2030, 2018)
Hay personas tanto optimistas, como pesimistas por naturaleza, por herencia genética, pero también influyen las experiencias y lo que se ha construido en la vida.
¿Qué cosas podemos cambiar?, ¿Qué cosas no podemos cambiar?
Cuando detectamos las cosas que podemos cambiar es mejor ocuparnos en los cambios en vez de preocuparnos, y cuando detectamos las cosas que no podemos cambiar, lo mejor es tener una aceptación radical sobre la realidad, y aprender a vivir con eso.
Del 0 al 5 ¿Qué nota le pones a tu felicidad? ¿y que te ayudaría a trabajar para mejorarla?
Podemos ayudar al cerebro a crecer en sí mismo, a ser realista, a saborear cada acción, a centrarse en el presente, a expresar afecto, a descubrir sus fortalezas, a creer en sí mismo, a ser creativo.
Enseñarle a elegir al cerebro entre estos dos polos emocionales. El amor y el miedo.
Las paredes que construyen el cerebro para protegerse, que no dejen fuera, la alegría, el amor, la risa, la creatividad, los riesgos.
Conviene aceptar, que equivocarse es la oportunidad para aprender de eso, y aprender a vivir con lo bueno y lo malo que nos da la vida, sacar aprendizaje de cada uno de los momentos, y disfrutar el milagro de estar vivos.
Disfrutemos cada momento de oportunidad de estar vivos. (Aprendemos Juntos 2030, 2018)
Gracias por acompañarme en esta aventura.
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Soy Andrés Vargas, Consultor.
Experto en temas de familia. Formo parte de