¿Por qué Celebramos a Cristo Rey?
La solemnidad de Cristo Rey, celebrada el último domingo del año litúrgico, es un momento especial para reflexionar sobre la realeza universal de Jesucristo.
Esta festividad, instituida por el Papa Pío XI en 1925, nos invita a reconocer y proclamar que Jesús es el Rey de reyes y Señor de señores, que su dominio se extiende sobre toda la creación.
¿Qué significa que Cristo sea Rey?
Cuando hablamos de Cristo Rey, no estamos hablando de un rey terrenal, con un reino físico y tangible. La realeza de Cristo es de naturaleza espiritual y trascendente. Significa que:
- Jesús tiene todo poder: Como Hijo de Dios, Cristo posee toda la autoridad en el cielo y en la tierra. Su poder es creador, redentor y santificador.
- Jesús es el Señor de la historia: La historia de la humanidad está marcada por la presencia de Cristo. Él es el protagonista de los grandes acontecimientos de la historia y guía a la humanidad hacia su cumplimiento final.
- Jesús es el camino, la verdad y la vida: Solo en Cristo encontramos el sentido pleno de nuestra existencia. Él es el único camino que conduce al Padre y la fuente de toda verdad y vida.
- Jesús invita a todos a su reino: El reino de Cristo es un reino de amor, justicia y paz. Todos estamos llamados a participar en este reino, colaborando en la construcción de un mundo más justo y fraterno.
La realeza de Cristo en nuestra vida
La fe en Cristo Rey tiene profundas implicaciones para nuestra vida personal y social. Como cristianos, estamos llamados a:
- Reconocer la autoridad de Cristo: Debemos someter nuestra voluntad a la voluntad de Dios y vivir según sus enseñanzas.
- Anunciar el Evangelio: Somos testigos de Cristo y estamos llamados a compartir las buenas nuevas con los demás.
- Construir su Reino: Debemos trabajar por un mundo más justo y solidario, siguiendo el ejemplo de Jesús.
- Esperar su venida gloriosa: Confiamos en que Cristo volverá un día para juzgar a los vivos y a los muertos y establecer definitivamente su reino.
El magisterio de la Iglesia y Cristo Rey
La Iglesia Católica, a través de sus papas y concilios ecuménicos, ha reafirmado constantemente la fe en Cristo Rey. El Concilio Vaticano II, por ejemplo, nos recuerda que la Iglesia es el «sacramento universal de salvación» y que Cristo es su cabeza.
En conclusión
La fe en Cristo Rey es un fundamento esencial de nuestra vida cristiana. Al reconocer a Jesús como Rey del universo, nos abrimos a una vida nueva y plena, llena de esperanza y sentido. Somos llamados a ser sus discípulos y a colaborar en la construcción de su reino.