¿Qué es la culpa y por qué la sentimos?
Seguramente te has encontrado en alguna situación en la que dudas si actuaste de manera correcta, si te dejaste llevar por alguna emoción o, en algunos casos, no hiciste lo que pensabas que era correcto, un sentimiento de culpa.
Empiezas a tener sentimientos como tristeza, angustia, frustración y hasta remordimiento.
Eso que sientes se llama “culpa”. Esta emoción nos hace sentir mal, ocasionando un efecto doloroso que nos da la sensación de haber hecho algo malo, de haber cometido un error causando daño a nosotros mismos o a otra persona.
La culpa es una emoción y, como todas, tiene una función adaptativa
El sentimiento de culpa es necesario, ya que nos ayuda a reconocer los errores y nos da la oportunidad de aplicar mecanismos de ajuste o reparación de esos errores.
Se trata de una emoción reguladora que nos invita a evitar daños futuros.
Es un GPS moral interno que nos guía hacia un comportamiento ético y a favor de los que nos rodean.
Esa sensación de incomodidad nos impulsa a actuar para enmendar nuestro error; puede ser disculpándonos, modificando nuestro comportamiento en el futuro o compensando a la persona a la que le hicimos algún daño.
La clave es la responsabilidad frente al sentimiento de culpa
Eso significa responsabilizarnos de nuestras acciones, aceptando nuestros límites y las circunstancias que no podamos controlar, aprendiendo de las experiencias y cambiando aquello que es conveniente, para nosotros y para quienes nos rodean.
En definitiva, ser más adaptativos.
Te comparto cinco tips para lidiar de manera efectiva con la culpa:
- Ver la situación con objetividad: Hay que asumir una parte de responsabilidad, pero también sopesar las distintas variables que han influido. Trata de obtener algún aprendizaje positivo de la experiencia.
- Oportunidad para mejorar: Si eres consciente de que has hecho algo mal, que puede haber dañado a otras personas, tienes una oportunidad para aprender del error y corregir tu conducta; de esta forma podrás mejorar en el futuro.
- Autocompasión: Para superar los sentimientos de culpa es imprescindible practicar la autocompasión, ser capaz de perdonar tus propios errores y no mortificarte con ellos. Los humanos somos imperfectos, fallamos y cometemos errores, acepta el error y ponle atención la próxima vez.
- Ser capaz de ver la complejidad de la situación: A menudo surgen circunstancias que escapan a tu control y la situación obedece a diversos factores. Debes ser capaz de valorar su influencia para relativizar la culpa y tu responsabilidad.
- Pedir disculpas: Aprender a pedir disculpas es propio de personas responsables. Si lo tienes claro, mejor antes que después. Mejorará la visión que tienes de ti mismo y te sentirás mejor.
Una de las mejores formas de superar el sentimiento de culpa es extraer un aprendizaje positivo de la experiencia.
Pregúntate qué puedes hacer diferente la próxima vez para evitar repetir el mismo error o mejorar tu conducta.
“Recuerda, la culpa no es un lastre que debas cargar eternamente, sino una oportunidad para crecer, aprender y transformar tus errores en valiosas lecciones de vida.”
