En este post hablaremos de las 2 formas en las que un hombre mira a una mujer, después, daré un ejemplo con un ferrari rojo y por último mostraré una técnica para cambiar de una mirada a otra.
Comenzaremos por responder la pregunta: ¿Un hombre casado puede mirar a una mujer atractiva?. Y la respuesta es:
“Sin importar si es atractiva o no, un hombre puede mirar a tantas mujeres como él desee, el gran detalle es cuánto tiempo y la manera en cómo las mira”
Sin embargo si eres casado y conoces tu temperatura mejor cuida tu corazón trata de no mirar.
Seguramente no te asombrará dicha respuesta, estoy seguro que cada uno de los caballeros que nos leen y están casados, han podido resolver de alguna manera o de otra tan común predicamento.
Un hombre casado mira a una mujer atractiva
Los hombres no podemos negar que hemos sido creados para notar a las mujeres y más a aquellas que son físicamente atractivas.
Esto demuestra la dinámica natural que existe entre hombres y mujeres. Pero, como todo en la naturaleza, ésta dinámica debe de caber en un orden.
Ya que lo natural es que nosotros dominemos (ordenemos al amor ) nuestras inclinaciones.
Podemos afirmar lo anterior pues hemos sido creados con libertad, razón y voluntad.
Dichos medios, nos llevan a comportarnos de una manera que se reconozca nuestra dignidad y valor, para así poder vivir en el verdadero amor.
Pero este orden no solo nos beneficia a nosotros, sino que nos lleva amar a aquella persona con la que nos hemos casado reconociendo su valor, la dignidad y unicidad.
¿Cómo cuidas tu mente y tu corazón?
Si convives o interactuar con una mujer atractiva debes de cuidar tus pensamientos y emociones y acciones, esto para seguir respetando la promesa de fidelidad y exclusividad que libremente has hecho en tu matrimonio.
Y en este caso cuidar la mirada es muy importante ya que como lo dice el viejo refrán «de la vista nace el amor» Es por eso que aquí abajo te muestro que mirada puedes tener con una mujer atractiva si estas casado
(Hablando de fidelidad, aquí te dejo un post donde te muestro una estrategia para que los hombres casados nos mantengamos fieles a nuestra pareja).
Dos tipos de miradas
Una cosa es cierta caballeros, no podemos determinar quién pasa enfrente de nosotros o con quién laboramos en la oficina. Y en el caso de ser mujer que tan atractiva sea.
Lo que sí podemos controlar o determinar es la manera en que nosotros miramos a aquella mujer. Y SÍ, digo mirar, porque no puedes tener los ojos cerrados o mirar al piso cada vez que viene o pasa enfrente de ti alguien físicamente atractiva.
Entonces podemos decir que existen dos tipos de miradas:
1.-Mirada posesiva
Por un lado existe la “mirada posesiva”, dicha mirada nos hace experimentar una serie de sentimientos y pensamientos que nos llevan al anhelo de poseer a quien se mira.
Podríamos decir que a través de ella comenzamos a experimentar el placer desde el cual nace el deseo por la otra persona.
Esta mirada no es mala, pues nos ayuda a aumentar el deseo y atracción hacia aquella persona que como San Juan Pablo II denomina “Es Objeto de mi deseo”. Esta mirada responde a nuestros impulsos naturales, especialmente a los sexuales.
Nos invita a poner atención en los valores sexuales de la persona a quien miramos lo cual es placentero para el hombre. Y no es que el placer que se experimenta a través de esta mirada sea malo, al contrario.
Es muy bueno solo que como San Juan Pablo II afirma en una de sus homilías, que este placer que se experimenta sea un: Insumo del amor
Es decir que nos lleve a amar de manera más verdadera a nuestro cónyuge. Así es, entonces esta mirada es la puerta de entrada al amar más total e íntimamente a nuestro cónyuge y además debe ser exclusivo de él.
Entonces, podríamos afirmar que el sentido de existir o la “naturaleza” de esta mirada es iniciar el placer para llevarnos al amor. Cabe decir que debido a que dicha mirada es una respuesta natural a nuestros impulsos, ésta muchas veces llega a nosotros sin planearlo.
En este sentido no serán pocas las veces que tome por sorpresa al sujeto y más aún cuando no somos conscientes de ella.
Por ejemplo: No es raro que un adolescente de 12 años se sorprenda mirando de manera posesiva a una mujer que le llama fuertemente la atención.
Y podemos afirmar que dicha situación no será exclusiva de su adolescencia si no que le acompañará gran parte de su vida, incluso aún casado.
¿Dónde está el problema?
El problema es cuando esta mirada se vuelve inadecuada, es decir, cuando se desordena pues como hemos dicho, su objetivo y sus efectos deben ser un insumo para el amor.
Es contrario a su sentido más natural, cuando esta se usa como un medio para obtener placer y consentir pensamientos que nos llevan al uso o la cosificación de la persona que se está mirando.
Podemos decir que se desnaturaliza este tipo de mirada (posesiva).
Cuando nos lleva a centrar la atención en los valores sexuales (pechos, caderas y demás) y que la persona femenina en cuestión no es nuestra esposa.
Sin embargo no pasa así cuando se trata de nuestro cónyuge, cuando se trata de esa mujer a quien hemos prometido amar de manera total.
Amar de manera plena y el mirarla de esta manera será el inicio del camino a la comunión de las personas. Es decir al encuentro sexual.
¿Pero entonces qué hago, cierro los ojos?
No, existe una mirada que puedes tener por un periodo de tiempo muy corto, hacia esa mujer que no es tu esposa y llama tu atención, con la intención de reconocer en ella lo bueno, bello y verdadero de su ser.
2-Mirada contemplativa
Por otro lado existe la que llamaremos Mirada Contemplativa, esta mirada puede ser un refugio en la situación antes planteada.
Esta mirada es un esfuerzo por descubrir lo verdadero, bello y bueno acerca de la persona a quien se mira.
Es una mirada que trasciende los propios impulsos primarios y nos lleva a un momento de contemplar.
El ejercicio de contemplar a alguien va más allá de “poner atención en algo material o espiritual” (RAE 2024).
Nos referimos a desvelar la belleza y la verdad del ser que tenemos enfrente.
Se trata de un esfuerzo que nos lleva a mirar más allá de lo evidente, tratando de entender qué es lo que se mira, se trata de encontrar lo que Santo Tomas define como:
«Lo que agrada ver» es decir, «lo bello»
Y aunque suene así no es nada complicado, de hecho seguramente ya hemos tenido esta mirada en otras áreas de nuestra vida. Solo que hay algunas verdades que son más fáciles descubrir que otras.
Ejemplo: imagínate que vas por la calle y te encuentras estacionado en la acera un Ferrari Daytona SP3.
Es un rojo hermoso y vibrante como solo ferrari sabe hacer, sus líneas deportivas generan en ti una emoción pues nunca habías tenido un auto así frente a ti.
Momento siguiente pasas de la emoción y comienzas a “contemplar” las características del auto, estas si conoces (sabiduría) te hablan de la ingeniería y la tecnología usada en dicho modelo.
Te preguntas acerca de sus caballos de fuerza y el sentido de estos, pones atención a su carrocería hecha en fibra de carbono. Al final de todo esto te habla de sus creadores a quienes admiras y terminas con la frase “wow que auto tan chingon» (frase mexicana).
Pero, sigues tu camino sin haber deseado robarlo o rayarlo por qué no lo puedes tener (mirada posesiva).
Lo mismo podría ocurrir con una mujer atractiva, un hombre al mirarla puede contemplar, lo verdadero, bello o bueno. Y a través de su belleza encontrar al creador, para después pasar de largo.
«Importante: no quedarse mirando, ya que si lo haces eventualmente pasaras a la mirada posesiva»
Podemos pensar: «Gracias Padre, porque a través de lo bello de esta mujer te encuentro a ti, ojalá y esa mujer viva en el amor»
O solo»Qué bella te ha creado Dios» y seguir de largo. Aunque dicha mirada tiene su origen en la razón y es necesario tener conocimiento acerca del valor de la persona.
Esta no es fruto del esfuerzo intelectual humano si no que requiere de Sabiduría, la cual tiene su fuente en Dios.
Por lo tanto, mirar así es parte del encuentro con él y es aquí donde debemos pedirle un corazón sabio, es decir un “corazón de hombre”.
Técnica para cambiar de una mirada a otra
Ahora que ya sabemos, tendremos que mirar con conciencia, observarnos para poder pasar de una mirada posesiva a una contemplativa.
Por último te puedo decir que si en algún momento te descubres mirando posesivamente una técnica que puedes usar para pasar de una mirada a otra es la siguiente.
Cierra los ojos, respira profundo y profundo, mientras giras la cabeza para mirar a otro lado.
A continuación cambia la mirada y puedes mirarla por un periodo de tiempo muy corto.
Comentario importante:
Puedes mirarla posesivamente, exaltando sus valores sexuales, observando sus curvas, consintiendo el deseo y los pensamiento que te lleven a unirte con ella.
Después mirala contemplativamente, contempla la totalidad de su cuerpo.
Contempla como este fue creado para acoplarse con el tuyo de manera perfecta ¿qué significa?.
Contempla como se ve un cuerpo de mujer desnudo enfrente de ti.
Observa cómo aunque su cuerpo no cumpliera los cánones de belleza este te habla de su feminidad.
Ese es tu lugar seguro, donde el placer se vuelve un insumo para el amor y se da la comunión de las personas.
Oración:
Hola papá ¿qué tal?, te doy gracias por nuestra masculinidad y por qué nos has creado para Amar a quien nos diste por compañeras.
Hoy te quiero pedir por nuestros lectores especialmente por aquellos hombres que buscan mirar de una manera más verdadera a las mujeres y así respetar su matrimonio.
Dale sabiduría, templanza y fortaleza para descubrir lo bueno, lo bello y lo verdadero en la persona de esa mujer. Amén.
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