De víctima a protagonista. El camino hacia la responsabilidad personal
En la vida, todos enfrentamos situaciones en las que nos sentimos lastimados, traicionados o desvalorizados. Que nos hace sentirnos víctima.
Es natural querer señalar con el dedo a quienes creemos responsables de nuestro dolor.
Pero la verdadera sanación y libertad comienzan cuando dejamos de culpar a los demás y asumimos el control de nuestra propia historia biográfica. Jean-Paul Sartre lo expresó con gran claridad:
«La libertad es lo que tú haces con lo que a ti te hacen». En otras palabras, no se trata de lo que nos sucede, sino de cómo interpretamos y respondemos a ello.
Con gran frecuencia, caemos en la trampa de esperar que otros nos traten como creemos que merecemos.
Sin embargo, esta expectativa llega a ser una fuente constante de frustración y desilusión.
¿Por qué? Porque estamos delegando nuestro bienestar a otros
Al hacerlo, renunciamos a nuestra capacidad de decidir cómo nos afectan las acciones de los demás.
Es como prestar nuestro bolígrafo para que sean otros quienes escriban el guión de nuestra historia.
Como señaló Seneca: «Sufrimos más en nuestra imaginación que por la realidad».
Muchas veces, el dolor que sentimos es amplificado por nuestras propias expectativas y suposiciones sobre cómo deberían ser las cosas.
La clave para transformar nuestra vida radica en tomar responsabilidad
Esto no significa asumir la culpa de todo lo que ocurre, sino reconocer que tenemos la capacidad de elegir nuestra respuesta ante cualquier circunstancia.
Sanar, significa “dejar de pelearte con la realidad que te imponen”.
No puedes cambiar lo que otros hacen, pero sí puedes cambiar la forma en la que lo interpretas y reaccionas.
Todo aquello que permitimos en nuestra vida, lo estamos promoviendo.
Si toleramos comportamientos que nos lastiman, estamos, en esencia, dándoles permiso para que se repitan.
Lo que permitimos se repite, una y otra vez, hasta que decidimos poner un alto.
Es en este punto donde pasamos de ser víctimas de las circunstancias a protagonistas de nuestra historia.
Te comparto cinco tips para dar el paso de víctima a protagonista del guión de tu propia historia:
- Descubre tu poder interior: El primer paso hacia el empoderamiento personal es dejar de culpar a las personas por no tratarnos como creemos que merecemos. Nadie tiene la obligación de cumplir nuestras expectativas no expresadas. Enfócate en cómo te tratas a ti mismo y cómo respondes a las acciones de los demás.
- Elige soltar y toma responsabilidad: Tomar responsabilidad implica reconocer que, aunque no podemos controlar las acciones de los demás, sí podemos controlar cómo respondemos. No te aferres a las heridas del pasado. Al soltar, te liberas del dolor y abres espacio para nuevas experiencias y aprendizajes.
- Establece límites y sigue adelante: Todo lo que permites, lo promueves. Si no estableces límites claros, es probable que las personas continúen tratando de manera inadecuada. Aprende a decir «no» cuando sea necesario y a comunicar tus expectativas de manera asertiva.
- Cambia tu visión: En lugar de ver los desafíos como obstáculos, míralos como oportunidades para crecer y aprender. Como en las Olimpiadas, donde cada atleta enfrenta dificultades, pero utiliza esas experiencias para mejorar y alcanzar nuevas metas.
- Enfócate en el autocuidado: Haz de tu bienestar una prioridad. Esto incluye cuidar tu salud física, mental y emocional. Al invertir en ti mismo, fortaleces tu capacidad para manejar las dificultades de la vida.
En las recientes Olimpiadas, vimos a atletas de todo el mundo enfrentar desafíos increíbles.
Algunos tuvieron que superar lesiones, otros lidiaron con la presión de representar a sus países.
Sin embargo, lo que distingue a un campeón no es la ausencia de adversidades, sino la capacidad de levantarse, aprender y seguir adelante.
La libertad, al final del día, es lo que haces con lo que te sucede. Elige ser el protagonista de tu historia biográfica.