¿Cuál es su significado?
«El descanso de los muertos». Hablar de los destinos que se dan a los cuerpos de las personas cuando mueren, tiene que ver con las diferentes creencias religiosas, tradiciones culturales y sociales.
Así podemos encontrar el entierro de un cuerpo en un panteón, la cremación para tenerlo en una cripta o en casa.
También se puede llegar a esparcir las cenizas en montes, ríos o en el mar.
Esta variedad de atender los destinos de los muertos puede caer en faltas de respeto, cumpliendo solamente con las tradiciones o los gustos y decisiones personales o familiares sin un sentido de trascendencia.
¿Cómo podemos saber si estamos tratando los cuerpos de los difuntos con respeto y caridad?
Yo considero que, el acompañar a los muertos en la partida al lugar de su descanso, tiene que ver con el sentido, respeto y valor que le damos a la vida, en lo personal y como comunidad.
También tiene que ver con el aprecio que le damos a la dignidad de la persona en las diferentes etapas de su desarrollo.
Asimismo, depende del concepto o sentido de trascendencia que hemos aprendido desde las diferentes religiones, filosofías o intereses de grupos o ideologías políticas.
En la iglesia católica el destino de los muertos se vive desde la conciencia que el origen del ser humano está en Dios y por lo tanto su destino es el regreso a la casa del Padre:
La Vida Eterna
Por eso “el cristiano que une su propia muerte a la de Jesús ve la muerte como una ida hacia Él y la entrada en la vida eterna” (CIC, 1020).
También encontramos en el catecismo católico que los cuerpos de los difuntos deben ser tratados con respeto y caridad en la fe y la esperanza de la resurrección.
Por tanto, enterrar a los muertos “es una obra de misericordia corporal» (cf Tb 1, 16-18), que honra a los hijos de Dios, templos del Espíritu Santo” (CIC, 2300).
Tratar los cuerpos de los difuntos con respeto y caridad en la fe y la esperanza de la resurrección
Lo podemos encontrar en los ritos litúrgicos del entierro cristiano:
- La vigilia (velatorio). Es un espacio para sonreír, llorar, recordar y orar. Un tiempo para alegrarse por todo lo que la persona fue y es. También puede ser un momento de curación para todos los que sienten dolor.
- Liturgia funeraria (Misa). Es la acción o gracias a Dios quien nos creó, murió por nosotros y quién nos vuelve a llamar para que volvamos a Él. El momento de la muerte, es realmente un momento especial, un momento de santidad, un momento de Dios.
- Rito de Compromiso (cementerio). Es el último acto concreto que podemos hacer por nuestros seres queridos en este mundo, es el compromiso, el entierro o sepultura de los restos del difunto.
Este acompañamiento para el descanso de los muertos es posible en la medida que contamos con una formación cristiana y vivimos una vida de oración y una participación en los sacramentos.
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