Historia sobre la fiesta de Pentecostés y su importancia en la actualidad
Ya habían pasado 50 días después de la resurrección de nuestro señor Jesús, los discípulos y la madre de Jesús la Virgen María se encontraban reunidos orando, de repente vino del cielo un ruido muy fuerte acompañado de una ráfaga de viento.
Entonces vieron descender sobre cada uno de ellos unas lenguas de fuego, todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse. (Hch. 2, 1-12)
¿Pentecostés?
Es por ello que este domingo celebramos esta fiesta tan importante, recordando la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, haciéndonos conscientes de que nosotros también lo hemos recibido en el sacramento del bautismo y que se reforzó su presencia en el sacramento de la confirmación.
También nos recuerda esa promesa que les hizo Jesús a sus apóstoles “Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho” (Jn 14 26)
El Espíritu Santo es la tercera persona de la santísima trinidad, es el amor entre Dios Padre y Dios Hijo, tres personas en un solo Dios.
Lo vemos representado en forma de paloma así como en los signos del fuego y el viento.
El fuego simboliza el amor de Dios que nos mueve a amar y el viento simboliza ese impulso que nos da para actuar.
Te has preguntado ¿De dónde viene esa inquietud de ayudar al más necesitado?, ¿Has sentido en tu corazón ese impulso de compartir con alguien la palabra de Dios?, ¿De decirle al otro que Dios le ama y lo escucha siempre?.
Pues sí, es el Espíritu Santo actuando en nosotros
Pero a veces nos olvidamos de su presencia, nos vamos alejando de la oración, de los sacramentos.
Por ello la importancia de acercarnos al sacramento de la reconciliación y de la eucaristía, de mantener esa relación de amistad con Dios, hacer oración y encomendarnos al Espíritu Santo cada día, además de conocer sus 7 dones que son:
- Sabiduría
- Entendimiento
- Ciencia
- Concejo
- Fortaleza
- Piedad
- Temor de Dios
Conocer sus 7 dones nos ayudará a saber cuál o cuáles son los que más nos cuesta ver en nosotros
En una ocasión en la catequesis que doy a niños entre 5 y 9 años me preguntaba uno “Gaby, ¿Está bien pedirle al Espíritu Santo todos los dones y no solo uno?, es que siento que no me ha sido dado ninguno”.
Su pregunta me dio ternura y a la vez me puso a reflexionar, en ocasiones creemos tenerlos todos y que no nos hace falta pedirlos pero en nuestras acciones no se ven reflejados.
Me lleva a pensar que si nos acercamos con humildad, reconociendo que no hemos trabajado en nuestra relación con Dios y que además no nos hemos dejado guiar por el Espíritu Santo, Dios nos concederá ver en nuestra vida cada uno de los dones, en nuestra relación con nuestra familia, en la escuela, con nuestros amigos, en el trabajo, etc.
Aprovecha esta fiesta de Pentecostés para preguntarte si dejas actuar al Espíritu Santo en tu vida.
Autora: Gabriela Sarai Padilla Brizuela.