Encontrando el propósito de la soltería
Cuando estamos viviendo una etapa de soltería, pueden venir a nuestra cabeza muchos pensamientos o creencias (positivas o negativas).
Algunos pueden ver esta etapa como un camino difícil de sobrevivir y querer ir a buscar enseguida otra pareja, otros se resignan y deciden ya no buscar más se quedan con la idea de que el noviazgo no es para ellos.
Por último y quizá en un porcentaje muy pequeño están los que se toman ese tiempo para estar en oración, fortalecer su relación con Dios y trabajar en el autoconocimiento.
Reconocerme más que nunca hija/o de Dios
Es el momento perfecto para trabajar nuestra relación con Dios, con ese Padre que tanto nos ama, que quiere lo mejor para nosotros y nos recuerda que la soltería no es igual que estar solo.
Porque Él no se va jamás de nuestro lado, nos llama a amarle más y ponerlo en primer lugar.
La búsqueda de nuestra vocación de vida solo puede ser de la mano de nuestro Padre y creador.
La oración además nos ayudará a mantener la esperanza en esa búsqueda y sobre todo sabiendo que podemos amar mucho y de muchas maneras aun en la soltería, por ejemplo en algún apostolado.
Puedes también apoyarte de guía espiritual que sin duda en cualquier etapa de la vida es necesaria, esto de la mano de algún sacerdote, religiosa, consagrada, etc., dedica un tiempo a visitar a Jesús sacramentado.
No hay mejor lugar para dejarse amar y crecer ese amor por el amado, no olvides frecuentar los sacramentos.
El autoconocimiento
Es esa capacidad de conocernos a nosotros mismos, esto incluye nuestros sentimientos y emociones, fortalezas, debilidades, nuestras heridas, virtudes y vicios, nuestras capacidades y limitantes.
Es decir, todo aquello que podemos ver a veces con facilidad en los demás, pero no en nosotros y que es necesario que conozcamos porque todo eso es parte de lo que compartimos a diario con las personas que nos rodean.
¿Por qué es tan importante?
Nuestras relaciones (familiares, de pareja, amistad, laborales) pueden verse afectadas, si yo no conozco mis emociones y el cómo reacciono a ellas, el otro no va a conocer de manera completa quien soy, es como si una parte de nosotros estuviera oculta (incluso para nosotros).
Un apoyo importante en este tiempo es la terapia psicológica, muy importante buscar un profesional que sea católico.
Que nos lleve de la mano de Dios en ese proceso y confiar, abrir nuestro corazón, sin miedo, viéndolo también como un tiempo para sanar aquello que me impide relacionarme de una mejor manera.
Comparte tiempo con amigos, busca algún retiro en donde te sientas parte de una comunidad, realiza actividades que disfrutes y que te ayuden a conocerte mejor.
Dios permite este tiempo para prepararnos mejor para la misión a la que nos llama, no tengamos miedo y dejemos que transforme nuestro corazón.
Oración:
Dios Padre, gracias por cada etapa que nos permites vivir, en la que nos ayudas a crecer, ser mejores para poder servirte con un corazón listo para amar y dejarse amar. Amén.
