Mindfulness VS Catolicismo
El mindfulness, una práctica centrada en la atención plena y la conciencia del momento presente.
Ha ganado popularidad en los últimos años como una técnica efectiva para reducir el estrés, mejorar la salud mental y promover el bienestar general.
Sin embargo, su adopción y aplicación no están exentas de controversia, especialmente en contextos religiosos como el de la Iglesia Católica
El debate sobre el mindfulness ha generado diversas perspectivas dentro de la comunidad católica, planteando preguntas sobre su compatibilidad con la fe y la doctrina católica.
Desde una visión católica tradicional, existen varios puntos de tensión y preocupación respecto al mindfulness como práctica secular contemporánea.
A continuación, les comparto algunos aspectos del mindfulness que son contrarios a la doctrina católica:
1. Origen y contexto espiritual
El mindfulness tiene sus raíces en prácticas budistas y tradiciones orientales, donde se enseña como parte integral del camino hacia la iluminación y la liberación del sufrimiento.
Forma parte de las disciplinas de la nueva era que han entrado en la sociedad a través de la psicología y que busca poner el “yo” por encima de “Cristo”.
Buscan así el progreso personal sin necesidad de recurrir a Él.
Entre otras cosas, el mindfulness niega la diferencia entre el bien y el mal (y la posibilidad de tener exigencias morales de elegir lo uno y rechazar lo otro), rechaza la posibilidad de conocer la realidad.
Y parte de una idea del hombre sin proyección hacia el futuro y que se perfecciona a través de sus acciones libres dejando de lado a Dios (todo ello tomado del budismo zen).
Actualmente se ha secularizado en gran medida, pero muchos de sus principios y técnicas provienen de filosofías que difieren significativamente de la teología católica.
Es por todo lo anterior que nosotros como miembros de La Iglesia Católica, debemos ser extremadamente cautelosos ante prácticas espirituales que no van de acuerdo a nuestra doctrina.
Especialmente aquellas que provienen de tradiciones no cristianas.
2. Enfoque exclusivamente secular
Aunque el mindfulness moderno ha sido despojado de su contexto religioso original para hacerlo más accesible y aceptable en contextos educativos y de salud.
Al ser de origen budista, lo que busca es la meditación personal, pensando en el yo personal, podemos encuadrarlo dentro de la Nueva Era, cuyos principios van totalmente en contra del catolicismo.
En primer lugar, el catolicismo enfatiza la importancia de una vida de fe centrada en Dios y en la comunidad eclesial.
La práctica del mindfulness, si se presenta únicamente como una técnica para la atención plena y la reducción del estrés, puede ser vista como una forma de secularización de la espiritualidad.
La Iglesia Católica sostiene que la verdadera plenitud y paz interior provienen de una relación personal con Dios, a través de la oración, los sacramentos y la vida de virtud.
El mindfulness promueve una forma de desvincular la práctica de su base espiritual profunda.
Lo cual contradice la perspectiva católica, dentro de la cual, la dimensión espiritual de cualquier práctica es crucial.
Y separarla completamente provocaría una disminución de la riqueza espiritual que la Iglesia promueve.
3. Concepto de vacío y plenitud
En la tradición budista, el mindfulness se enseña a menudo como una práctica para vaciar la mente de pensamientos y deseos, alcanzando un estado de no-apego y desapego del mundo material.
Lo anterior advierte sobre conceptos erróneos a la hora de meditar, “no son operaciones psicológicas” o “esfuerzos por llegar a vacío mental” o “palabras rituales”.
La oración cristiana es conversar con Dios, como tu Padre o tu amigo, uniendo tu corazón y tu mente hacia Él.
La teología católica enfatiza la importancia de la vida en comunidad, el amor hacia Dios y el prójimo, y la vivencia plena de los sacramentos como medios de gracia y salvación.
Para los católicos, la idea de vaciar la mente es interpretada como una negación de la importancia de la vida comunitaria y sacramental que la Iglesia promueve.
4. Riesgos de sincretismo religioso
El mindfulness, al ser adoptado en contextos no religiosos, puede llevar a prácticas sincréticas donde se mezclan elementos de diferentes tradiciones espirituales.
Esto es contrario para la Iglesia Católica, ya que esta síntesis diluye las enseñanzas específicas de la fe católica.
La promoción del mindfulness en un entorno secular puede, inadvertidamente, llevar a una confusión sobre la naturaleza de la espiritualidad y la práctica religiosa católica auténtica.
Al no juzgar tus sentimientos, ni tus emociones, es como si escaparas del sufrimiento, escaparas del dolor, esto es algo común dentro del budismo.
Sin embargo, esto va en contra del cristianismo, que se ha identificado siempre con el dolor a través de la Cruz de Cristo, el cual nos acerca y nos une a Dios.
5. Autodominio y dependencia de la gracia divina
En el mindfulness se enfatiza el autodominio y la autorregulación emocional como medios para mejorar el bienestar personal.
La enseñanza católica sostiene que el verdadero autodominio y la verdadera paz interior provienen de la gracia de Dios y de una relación personal con Cristo.
La práctica del mindfulness, si se entiende exclusivamente desde una perspectiva autónoma y secular.
Lleva a una visión reduccionista de la verdadera fuente de fortaleza espiritual de acuerdo con la doctrina católica.
Además, abre el riesgo de una grave confusión entre interioridad y psiquismo y de aislar al individuo en vez de ayudarle al encuentro consigo mismo, con los otros y con Dios.
Para combatir el estrés y la ansiedad no hay nada mejor que estar un rato delante del Santísimo.
Exponiéndole a Cristo todos tus problemas, estoy convencida que Él te ayudará a solucionarlos, sin necesidad de recurrir a métodos orientales.
Otro aspecto de preocupación es la enseñanza del mindfulness sobre la autoconciencia y el autodominio.
Si bien estos elementos son valorados en la ética católica como parte del desarrollo humano integral.
La fe católica enseña que la verdadera transformación interior y la superación de los desafíos personales se alcanzan a través de la gracia de Dios
Esto contrasta con la visión del mindfulness, que a menudo promueve técnicas de autocontrol exclusivamente basadas en recursos internos y psicológicos, dejando a Dios de lado.
Desde una perspectiva más teológica, el concepto de vacío o desapego promovido en algunas formas de mindfulness también diverge de la enseñanza católica sobre la creación y la dignidad humana.
La Iglesia Católica enseña que el mundo material y la creación son buenos y que la vida humana debe ser vivida en relación y responsabilidad con el prójimo y el entorno.
La práctica del mindfulness, centrada en la eliminación de deseos y la percepción del vacío, puede interpretarse como una negación de esta visión integral de la vida y la creación.
Conclusión
Me gustaría concluir diciendo que aunque el mindfulness ofrece algunos beneficios en términos de bienestar psicológico y emocional.
Su adopción plantea fuertes desafíos en términos de su compatibilidad con la enseñanza y la práctica de la Fe Católica.
La cuestión fundamental radica en cómo se integra esta práctica en la vida espiritual de los fieles católicos y cómo se interpreta su relación con la fe católica.
Es importante para los católicos discernir con prudencia ante tantas opciones de meditación que provienen de la Nueva Era.
Manteniendo siempre la integridad de su fe y buscando el consejo de guías espirituales competentes dentro de la Iglesia.
Los católicos deben usar el discernimiento y estar siempre bajo la guía de la enseñanza de la Iglesia católica.
Para asegurarse de mantener intacta la integridad de su fe y su relación con Dios como el centro de su práctica espiritual.
Así como la orientación de la enseñanza de la Iglesia en su camino hacia la plenitud espiritual y la paz interior.
El catolicismo y el mindfulness representan dos enfoques distintos hacia la vida espiritual y el bienestar emocional.
Desde la perspectiva católica, la fe se centra en una relación personal con Dios a través de Cristo y la vida sacramental, contrastando con el mindfulness, que se enfoca en técnicas de atención plena y autorregulación emocional.
La principal preocupación del catolicismo respecto al mindfulness radica en su origen y enfoque secular
Aunque el mindfulness se ha desvinculado de sus raíces budistas y es presentado como una práctica universal para la reducción del estrés y la mejora de la concentración.
Su base histórica y filosófica sigue siendo ajena a la doctrina católica.
La Iglesia Católica subraya la importancia de una espiritualidad basada en la gracia divina y en una visión integral del ser humano, que incluye la dimensión religiosa y comunitaria.
Además, el mindfulness puede promover una autoconciencia y autodominio basados exclusivamente en recursos internos.
Lo cual contrasta con la enseñanza católica de que el verdadero autodominio y la verdadera paz interior provienen de una transformación interior impulsada por la gracia de Dios.
La práctica del mindfulness podría, inadvertidamente, llevar a una visión reduccionista de la necesidad de la gracia divina en la vida espiritual y en la búsqueda de la verdadera felicidad.
Autora: Psicóloga Mónica Vaquera.