Por Lucía Gallego Deike – Conferencia en el VI Congreso para Educadores UFV
En el marco del VI Congreso para Educadores de la Universidad Francisco de Vitoria, la psiquiatra y docente Lucía Gallego Deike, directora médica de Emooti y profesora en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), ofreció una conferencia profundamente humana y actual: “Desarrollo de la identidad en la adolescencia y su acompañamiento desde la salud mental”.
Su intervención se centró en un tema que hoy despierta intensos debates ideológicos y sociales: la disforia de género.
Lejos de los discursos polarizados, la doctora Gallego invitó a abordar esta realidad con evidencia científica, sentido ético y una mirada interdisciplinaria, recordando que detrás de cada caso hay una persona concreta con historia, sufrimiento y dignidad.
1. Identidad sexual: una unidad de cuerpo, mente y entorno
Lucía Gallego comenzó recordando que la identidad sexual forma parte esencial de la identidad personal del ser humano.
Esta se comprende en tres dimensiones interrelacionadas:
- Identidad biológica, basada en el sexo cromosómico (XX o XY), el fenotipo (características físicas) y la función fisiológica (capacidad reproductiva y diferencias hormonales).
- Identidad psicológica, que se refiere a cómo la persona se percibe a sí misma —como hombre o mujer—, influida por factores como el temperamento, la historia afectiva y las experiencias vitales.
- Identidad social y cultural, construida en el diálogo con el entorno: familia, escuela, cultura y redes sociales.
“La identidad es una unidad compleja que integra cuerpo, mente y entorno”, señaló la ponente. Reducirla a lo biológico o a la autopercepción, advirtió, empobrece la comprensión integral del ser humano y fomenta visiones reduccionistas.
2. Adolescencia: una etapa de crisis y búsqueda de sentido
En su exposición, Gallego recordó que la adolescencia es una fase decisiva del desarrollo humano, descrita por Erik Erikson como la etapa de la “crisis de identidad”.
En este periodo, el joven se pregunta:
“¿Quién soy?, ¿qué quiero?, ¿cómo encajo en el mundo?”
Los cambios biológicos, las presiones sociales y la sobreexposición a las redes digitales generan vulnerabilidad emocional.
Muchos adolescentes experimentan ansiedad, inseguridad y confusión, amplificados por la comparación constante y la falta de referentes sólidos.
La doctora subrayó que el debilitamiento de las familias, la pérdida de modelos afectivos estables y la educación sexual deficiente agravan la incertidumbre en torno a la identidad personal.
“Hoy los jóvenes buscan certezas en entornos donde todo parece relativo o cambiante”, comentó, enfatizando la urgencia de una educación afectiva integral que una razón, emoción y verdad antropológica.
3. Disforia de género: entre el sufrimiento y la ideología
Lucía Gallego definió la disforia de género como “la angustia que siente una persona cuando su identidad de género no coincide con su sexo biológico”.
Este diagnóstico aparece en el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) y afecta a un porcentaje pequeño de la población (entre 0,3 y 0,5%, según la OMS).
Sin embargo, en los últimos años se ha observado un aumento de diagnósticos en adolescentes, especialmente en países como Reino Unido, Canadá o Estados Unidos.
Este fenómeno, según Gallego, exige prudencia, pues muchos casos en niños y adolescentes se resuelven espontáneamente con el tiempo.
Diversos estudios de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición señalan que la disforia infantil suele no persistir tras la pubertad, lo que plantea interrogantes éticos y científicos sobre las intervenciones médicas tempranas.
4. Tratamientos de afirmación de género: falta de evidencia y riesgos irreversibles
La doctora analizó críticamente los tratamientos que siguen el llamado “modelo afirmativo”, basado en tres fases: bloqueadores de la pubertad, hormonas cruzadas y cirugías de reasignación.
Advirtió que estas intervenciones presentan riesgos físicos, psicológicos y éticos, especialmente cuando se aplican a menores de edad.
“El tratamiento de afirmación de género sigue siendo experimental. No sabemos aún las consecuencias a largo plazo”, afirmó.
Entre los riesgos citados se incluyen:
Alteraciones del desarrollo óseo y cardiovascular.
Efectos sobre la fertilidad y el crecimiento.
Cambios irreversibles en la función cerebral y emocional.
Además, recordó que la madurez neurológica del adolescente aún no le permite comprender plenamente las implicaciones de decisiones irreversibles.
La capacidad de consentimiento informado está limitada en esta etapa, lo que exige una protección legal y ética especial.
5. Europa reacciona: hacia un enfoque más prudente
La conferencia destacó que varios países europeos han modificado sus protocolos ante la falta de evidencia sobre la eficacia y seguridad de los tratamientos hormonales en menores.
- En Reino Unido, el Servicio Nacional de Salud (NHS) suspendió el uso rutinario de bloqueadores de la pubertad tras el Informe Cass (2024), que concluyó que los riesgos superan los beneficios.
- Suecia y Finlandia limitan estas intervenciones a contextos de investigación clínica.
- Francia, Alemania y Suiza priorizan la evaluación psicológica interdisciplinaria y el acompañamiento emocional como primera línea terapéutica.
Gallego subrayó que estas decisiones no buscan negar la realidad del sufrimiento, sino evitar daños irreversibles y promover un abordaje más humano y prudente.
6. Escuchar con empatía, acompañar con verdad
Lejos de posturas ideológicas, Lucía Gallego propuso un modelo de acompañamiento empático, interdisciplinario y centrado en la persona.
Su invitación fue clara: escuchar sin juzgar, ofrecer contención emocional y favorecer un proceso de discernimiento psicológico y espiritual antes de cualquier decisión médica.
“Proteger al menor es priorizar su desarrollo integral, sin precipitar decisiones que pueden condicionar toda su vida”, afirmó.
Desde la antropología cristiana, esto significa acompañar reconociendo la dignidad de cada persona como hijo amado de Dios, integrando su dimensión biológica, psicológica y espiritual.
El cuerpo no es un obstáculo, sino parte esencial de la identidad que se recibe como don.
7. Consentimiento informado y responsabilidad ética
Gallego recordó que el consentimiento informado es un derecho humano recogido en el Código de Núremberg (1947) y el Convenio de Derechos Humanos y Biomedicina (1997).
Los menores, al carecer de plena capacidad jurídica, no pueden consentir intervenciones irreversibles sin la aprobación de sus representantes legales.
Citó el caso de Keira Bell, joven británica que demandó al NHS tras haber recibido bloqueadores de pubertad y cirugías sin comprender las consecuencias.
El tribunal inglés falló a su favor, marcando un precedente sobre la necesidad de evaluar la madurez y la comprensión real del menor.
8. Una llamada a la prudencia, la ciencia y la compasión
La conclusión de la doctora Gallego resonó profundamente entre los asistentes al VI Congreso de la UFV:
“La disforia de género es un desafío complejo que requiere empatía, cautela y evidencia científica. No podemos acompañar desde la ideología, sino desde la verdad y la compasión.”
El verdadero acompañamiento, insistió, pasa por fortalecer la salud mental, ofrecer apoyo psicológico especializado y promover un diálogo abierto entre familia, escuela y profesionales de la salud.
Como señaló, la misión del educador y del terapeuta católico es ayudar a cada persona a reconciliarse con su cuerpo, a descubrir su valor único y a vivir su identidad en armonía con la verdad de su ser.
Nota editorial:
El presente artículo refleja las ideas expuestas por Lucía Gallego Deike, directora médica de Emooti y docente de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), durante su conferencia “Desarrollo de la identidad en la adolescencia y su acompañamiento desde la salud mental”, impartida en el VI Congreso para Educadores de la Universidad Francisco de Vitoria.
El contenido no necesariamente representa la posición oficial de catholizare.com, sino que busca difundir y reflexionar sobre los aportes de la conferencia desde una perspectiva de psicología y espiritualidad católica.







