El matrimonio es de esos amores eternos
Hoy en día estamos tan inmersos en el mundo, que se nos ha olvidado lo que es la eternidad. En este post hablamos del matrimonio como uno de esos, amores eternos.
No estamos acostumbrados a lo eterno
Así es amado y santo suscriptor, le pregunto, ¿Cuántas veces al día usa la palabra eterno? Ok, le haré una pregunta más fácil, ¿Cuántas veces al día piensa en lo eterno? Pocas, seguramente.
¿Se da cuenta que no estamos acostumbrados a lo eterno?
Es más, estamos tan acostumbrados a lo desechable, a lo plástico, que muchas veces nos cuesta creer que existe algo más allá. Aún si lo creemos, esta idea ocupa un porcentaje muy pequeño de nuestros pensamientos.
¿Te cuesta trabajo creer que exista un amor tan especial de un origen divino (que se materializa tanto con la voluntad y la libertad humana), que nos proyecta a la eternidad? Mas aún, que este amor sea, el que se da en el matrimonio o que se trate de su matrimonio.
Que aburrido sería tener un celular que sea eterno, nadie lo compraría
Amado y santo suscriptor, imagínese ver en un anuncio publicitario (de tamaño espectacular), el último modelo de teléfono móvil con el sistema operativo “android IOS Eternal”.
Se trata de un teléfono que salió hace 20 años y sigue a la venta, pues se asegura que es para toda la vida (es eterno). Seguramente muchos dirán: ¡que aburrido!
Junto a este anuncio se encuentran 10 anuncios más, mostrando el próximo lanzamiento de la nueva generación de teléfonos de diferentes marcas. Aunque sabemos que durarán de uno a dos años en promedio, ¿por cuál teléfono cree que se interesen más las personas? Así es, por el nuevo.
Estamos tan acostumbrados a usar, tirar y volver a consumir, que queremos constantemente la novedad. Buscamos algo que llene el vacío que deja la velocidad de la vida; así que no imaginamos comprar algo que sea eterno.
De hecho, si existiera, pocos lo comprarían. Al paso de los años parecerá anticuado, pasado de moda y por increíble que parezca, trataríamos de deshacernos de ello.
No estamos acostumbrados a lo eterno
y tan no lo estamos, que ni siquiera soñamos con ello. Nos vivimos en un mundo tan temporal, que ese concepto no está dentro de nuestros esquemas.
Tengamos cuidado, de no ser lo que Enrique Rojas llama: el Hombre Light. Es, ese hombre confundido, desinformado que está acostumbrado a lo Light, al Fast Food, que sabe que va en búsqueda del bien, pero debido a su confusión, es presa fácil del mundo. Este libro es super recomendable si no lo ha leído, en este portal tenemos un post en donde lo comentamos.
Muchas veces nos acostumbramos a amores pasajeros, amores “ligth”, que no se comprometen, que no trascienden. A veces confundimos al amor con un acto utilitarista, donde si no me hace feliz, tengo derecho a dejarlo. Otras veces, la dinámica que tenemos con la persona amada deja tanto dolor, que nos negamos a que ese amor sea algo eterno.
Cuando miramos el amor conyugal, no estamos acostumbrados a pensar en él, como ese amor santo, hermoso, de origen divino. Tampoco estamos acostumbrados a pensar en el como uno de esos amores eternos.
Hagamos un ejercicio
¿En dónde se encuentra?, ¿en la oficina o en su casa?. No importa, no pasa nada. Igual nadie notara que cerrará los ojos.
Haga el siguiente ejercicio.
Siéntese cómodamente, recárguese en su asiento y ahora cierre los ojos. Respire hondo y profundo (¡no se me duerma!, le estoy observando).
Respire una vez más, amplíe su pecho e hinche su abdomen. Ahora traiga a su mente lentamente la palabra “E T E R N O”. Sí, así. Con todas sus letras: “E T E R N O”.
Me gustaría que visualizara ahora su corazón, esa parte afectiva interior, ese sitio seguro íntimo. A continuación, ponga esa palabra dentro de ese corazón. Ahora E T E R N O, se encuentra dentro de su corazón.
Le invito a que ponga atención en su cuerpo, donde se siente la palabra E T E R N O. Respire nuevamente y cuando esté listo abra los ojos.
¿Qué sintió?, ¿cómo es que experimentó la palabra ETERNO dentro de su corazón?
Las respuestas a las preguntas anteriores pueden ser muy variadas; pero en la mayoría de mis pacientes, esta respuesta tiene que ver con: plenitud, amor, Dios, trascendencia.
Ahora, independientemente de cuál sea su respuesta, le quiero invitar a que guarde esta palabra en su corazón y la entienda como un llamado. Créame la eternidad tiene mucho que ver con nosotros.
En Mt 6, 20 podemos leer “Junten tesoros y reservas en el Cielo, donde no hay polilla ni óxido para hacer estragos, y donde no hay ladrones para romper el muro y robar”.
En este pasaje del evangelio, Cristo nos invita a soñar con lo eterno. Nos invita a que nuestras aspiraciones vayan más allá de este mundo. Él, que conoce nuestra verdadera naturaleza, nos dice: “¡hey oye!, ¡tu vida es para más!” no acumules aquí, sueña con lo eterno. Cuando nos habla como matrimonio, nos dice “oigan, su vida, su amor es para más” están llamados a ser parte de esos amores eternos.
Ser eterno es un lujo
En el mundo de “las cosas”, no existe lo eterno. Este concepto no pertenece a ese mundo. Lo eterno es un lujo, es algo de mucha exclusividad, y está reservado solo para nosotros, las personas.
Dios nos promete la vida eterna en distintos pasajes del Evangelio. En Mt 19,29 nos dice que: “el que deje todo por él, le dará la vida eterna” o qué tal en Lc 23, 43 donde le promete la vida eterna a uno de los ladrones que estaba crucificado a su lado: “En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”. Nos lo promete también en Lc 22, 30, “Por eso les doy el reino como mi Padre me lo dio a mí haciéndome rey. ustedes comerán y beberán a mi mesa en mi Reino”.
Es por eso, que un corazón que no sueña con lo eterno es un corazón muerto, ya que en nuestro corazón está la firma de nuestro creador, él nos ha soñado para la eternidad, para estar en su presencia para traspasar este mundo, esta temporalidad, para ser parte de esos amores eternos.
El amar a mi esposa es un llamado a la eternidad
El amor que nosotros le damos a nuestra esposa(o), no es algo que tenga origen en un pensamiento, es decir que sea producto de un ejercicio mental o intelectual. Nadie por el hecho de pensarlo ama a otra persona.
Tampoco es que su origen sea nuestra voluntad. Si bien se inicia y mantiene por ese “sí” que nosotros damos, ese “sí” que dice, “yo te quiero amar”. ¡De ahí tampoco proviene ese amor tan especial!
Como ya se habrá imaginado, amado y santo suscriptor, el origen de ese amor es Dios. Así es, viene de lo eterno, de ese amor de Dios que es eterno. Es por eso que el amor que nosotros le entregamos a nuestra esposa(o) es eterno, es por eso que tu matrimonio puede ser de esos amores eternos.
Un amor que espera un acto libre del hombre
Santo suscriptor, si bien ese amor tiene un origen eterno; para que se materialice y se entregue al otro en el matrimonio, es necesario un acto libre por parte de la persona. Es decir que se dé a través del ejercicio de la voluntad y la libertad. En otras palabras, las personas se aman porque quieren y porque pueden.
En ese querer está la voluntad que dice: “te he elegido, te conozco. Así como estás, con tu presente, tu pasado y tu futuro, así quiero amarte, quiero estar contigo”, quiero estar contigo porque te he elegido como el objeto de mi amor.
Ese amor que también es eterno se basa en la libertad. Así es amado y santo suscriptor, uno se casa por que es libre de hacerlo; porque no lo ha jurado a nadie más, porque es libre de otras promesas, ya sea con Dios (en otras vocaciones) o con otra persona.
Y en esta libertad se puede entregar totalmente al otro, en cuerpo, alma y mente. También esa libertad se da en el sentido de no estar obligado a contraer este vínculo, siendo consciente y aceptando lo que implica el sacramento.
Este amor que se entregan los esposos, es único
No existe otro amor que se le parezca. Amado y santo suscriptor, póngase a pensar: ¿dónde encontramos otro amor así?
En esta época en la que se utiliza tanto la palabra amor; existe: el amor a la bandera, a los hermanos, a los amigos, a los padres, a la mascota, (y luego otras categorías que no son amor, pero que también son acompañadas de esta palabra). Te quiero compartir que no existe otro amor como el que se da entre los esposos.
Y eso es solo el principio, hay tantas cosas que podemos decir acerca de lo hermosa y única que es la unión de dos personas en el sacramento del matrimonio, que no alcanzaría este post.
Estoy convencido de que esta unión es tan especial, que trasciende este mundo. Es tan especial, que es eterna.
Este amor: unidad amorosa indestructible
Ahora que somos esposos, somos uno. Seguro han leído la cita de Mateo 19, 5-6, en donde dice: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para unirse con su esposa, y serán los dos una sola carne”. Así es, amado y santo suscriptor usted y su esposa son una sola carne. Es decir que cuando las dos vidas se unen, lo hacen las dos personas.
¡Si! Amado y santo suscriptor (si no te has suscrito hazlo ¡ya!), los amantes (esposos) se unen en todas sus dimensiones, las cuales son: social, económica, familiar, sexual, afectiva, espiritual. Así de importante y trascendente es este amor. Por eso digo no es cualquier amor.
La gracia propia de este sacramento, es que, es Dios quien toma ese amor humano, lo perfecciona, para que esa unión sea un sacramento. Es decir, un medio para la santificación de la persona. Y aquí encontramos otro argumento del porque el matrimonio es de esos amores eternos.
¿Por qué es de esos amores eternos?
Santo suscriptor, si usted vio en el índice este título y creyó que aquí estaba el resumen de este post ¡Ja! lo he engañado.
Y si usted creyó que el párrafo anterior era cierto, ¡Ja! le engañe de nuevo, jajaja, bueno bromas aparte.
Dejémonos de metáforas, y veamos a nuestro alrededor. ¿Has visto (caminando de la mano, en la calle) amores así?, ¿recuerdas algún amor que se antoje eterno?, ¿conoces algún amor así? tal vez sí, o tal vez no.
En lo particular yo sí he visto muchos, he visto historias que se unieron y que seguirán hasta la muerte, ¡sí hasta la muerte! Donde se terminará la promesa que ellos se hicieron, aunque su amor, por ser el amor de Dios, continuará en lo eterno. Es por eso que es de esos amores eternos.
Vamos a la acción*
Hay quien dice que estos amores “eternos” ya no existen, incluso escuché a un amigo que es divorciado, decir: “eso del matrimonio ya no se usa”. Pensé: “ahora no se usa el matrimonio, ahora a se usa a las personas y eso no es amor”.
No sé si tu sueñas con tu matrimonio como algo eterno, pero déjame decirte que, aunque no lo sueñes así. Tiene mucho de ello, el amor que tú le entregas a tu esposa(o) tiene mucho de eterno, porque como ya lo hemos dicho, viene de Dios.
Sin importar como esté, tal vez contaminado por tus heridas, tal vez opacado por los momentos de discusión, pero, así como está es precioso. Sí, así también es eterno.
Entonces, después de leer este post. ¡Ve! Busca a tu esposo o esposa, y dile “Esposa mía, este amor, así como está, es eterno, pues viene de Dios” y sella ese momento con una abraso y un beso eterno.
Compártele este post y comprométanse a pasar de las ideas a la práctica, usando la siguiente tabla
Acciones para esta semana
*La sección “Vamos a la acción” en este post, es para aquellos matrimonios que no tienen mayores problemas. Si tú estás experimentando problemas mayores, como: violencia, adicciones, etc. Te recomendamos que busques ayuda profesional (Psicólogos Católicos) y te asesores con un Sacerdote o Religioso para tener la ayuda que necesitas.
Recuerda que un Psicólogo Católico es un profesional de la Psicología, con un enfoque científico, fundamentado en la antropología cristiana-católica.
Evalúa
El Matrimonio es de esos amores eternos
Amado y Santo suscriptor después de leer este post, te
invito a que voltees y responde en tu interior estas preguntas.
- ¿Estás hecho para lo eterno?
- ¿Amas para la eternidad?
- ¿Tu vida está enfocada en esa eternidad?
- ¿Sueñas con vivir esa eternidad?
- ¿Tu matrimonio aspira a ese sueño?
- ¿Crees que el amor de tu matrimonio es de esos amores eternos?
Cristo ha comprado la eternidad para ti. Sí, para ti en especial santo suscriptor. ¿Estás listo para perdonar en el matrimonio? ¿Para salir y amar a lo grande, a lo eterno? Si la respuesta es sí, te invito a que te suscribas y seas parte de esta familia digital que sueña a lo Dios, a lo eterno.
Oremos
Dios Padre, te doy gracias por tanto amor que nos das. Gracias porque no te cansas de amarnos, porque siempre estás pendiente de nosotros.
Gracias porque nos entregas ese amor que quieres que entreguemos a nuestra esposa(o). Te pido que abras nuestro corazón y nuestra razón, para que libres y consientes demos ese “¡Sí!, ¡quiero entregar tu amor a mi esposa(o)!”, ese amor que es, de esos amores eternos.
Ilumínanos y fortalecemos en la tarea de entregar ese amor; para que, a pesar de nuestras heridas, lo entreguemos, en su estado más puro posible. Para que así, vivamos un largo tiempo en alegría y en paz. Para que nuestros corazones puedan elevarse siempre hacia ti. Amén
“El matrimonio es de esos amores eternos”
“Que la paz esté contigo”
El matrimonio es de esos amores eternos.
Jesús Ramos
Si quieres aprender más sobre el matrimonio, da click en el siguiente link sobre: El sacramento del matrimonio.
Recuerda que, si has intentado hacer algún cambio que te ha costado y no lo has logrado, o estás pasando por algún momento de dificultad o de crisis; existen profesionales (Psicólogos Católicos), que pueden acompañarte en el proceso y ayudarte a trabajar en ello.
Un Psicólogo Católico es un profesional de la Psicología, con un enfoque científico, fundamentado en la antropología cristiana-católica.