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T1 E5 ¿Conoces a Santa Gianna Beretta Molla?

Gianna Beretta 

Nació en una pequeña ciudad de Milán, Italia, en una fecha muy significativa para sus papás, pues Alberto y María De Michel, pertenecían a la 3er orden Franciscana.

Gianna llegó a este mundo el 4 octubre de 1922 exactamente en la fiesta de San Francisco de Asís, así que la bautizaron con el nombre de Giovanna Francesca en honor de tan querido santo.

Fue la décima de trece hijos, de los cuales 5 fallecieron a temprana edad principalmente debido a la gripe española.

Los padres de Gianna Beretta

Fueron para ella y sus hermanos un gran ejemplo de vida cristiana, vivían humildemente con una fe sin límites en la Divina Providencia.

¿A cuántos de nosotros en nuestros matrimonios nos hace falta tener esa gran confianza?

Ellos estaban constantemente alegres por considerar la vida como un don maravilloso de Dios.

Poseían un ardiente espíritu de sensibilidad y caridad hacia los pobres y las misiones, y asistían todos los días a misa antes de sus respectivas labores.

Yo me pregunto, ¿qué encontraron como matrimonio en esos servicios y en la celebración de la Eucaristía que estaban tan alegres?

Vivieron su paternidad con gran compromiso y carácter, Doña María siempre estuvo cerca. al grado de aprender latín y griego para poder ayudarlos en los estudios.

Mientras que Don Alberto hizo grandes sacrificios para que pudieran recibirse, 3 de sus hijos se consagraron a Dios.

2 sacerdotes y una religiosa. ¡Wow! Dicen que el testimonio arrasa, seguramente los hijos percibieron el gran amor que como esposos tenían a Dios.

Una joven alegre

Volviendo a la vida de esta gran mamá, les comparto que Gianna Beretta fue una joven alegre que apreciaba el arte.

Principalmente la música y la pintura, pero también amaba las excursiones.

Aunque a su vida no le faltaron pruebas, sufrimientos y dificultades, de las cuales aprendió a fortalecerse y enriquecer su espíritu.

Como cuando tenía 15 años y falleció su queridísima hermana Amalia.

Gianna pronto realizó Ejercicios Espirituales que la llevaron a escribir 30 páginas que tituló “recuerdos y oraciones de Gianna”.

Entre sus propósitos se lee: “quiero temer al pecado como si fuese una serpiente.

Repito de nuevo: mil veces morir antes que ofender al Señor”. 

“Oh Jesús te prometo someterme a todo aquello que permitas que me suceda, solamente hazme conocer tu voluntad…

Beretta Molla

Su amor a la liturgia

 

Otra clave determinante para su fortaleza, fue gracias a su director espiritual Mons. Mario Righetti que la mantenía como activa colaboradora de la Acción Católica.

Le inculcó el amor a la liturgia como fuente de vida espiritual. ¡Que maravilla! El mejor alimento para el alma, ¿no creen?

 

Los padres de Gianna consideraron oportuno suspender durante un año sus estudios para que reforzara su débil composición física.

 

Ella no se opuso ni reclamó nada, por el contrario, estaba contenta de que en compañía de sus padres tendría la oportunidad de conocerlos más e imitar mejor sus virtudes.

 

Ataques aéreos en su ciudad

 

Los ataques aéreos sobre Génova en 1941 le provocaron mucho daño a Doña María que estaba enferma del corazón.

Así que se mudaron de ciudad a casa de los abuelos maternos.

 

Gianna ya había retomado sus estudios preuniversitarios y estaba justamente concluyéndolos.

Cuando perdió a ambos padres con una diferencia de cuatro meses, primero su mamá y después su papá.

 

Pienso que a la mayoría de nosotros una pérdida así nos hubiese deprimido bastante pero si tenemos fe verdadera no tenemos por qué afligirnos.

Al contrario, debemos honrar su memoria poniendo en práctica las virtudes de quienes partieron a la casa del Padre. Ya verán lo que Gianna hizo…

 

Gianna Beretta en la Universidad

 

Casi enseguida regresó junto con sus hermanos a la casa donde había nacido y apenas unos meses después se inscribió a la Facultad de Medicina y Cirugía.

 

En la universidad se caracterizó por ser una joven dulce y reservada, con mucha fuerza de voluntad.

 

Al mismo tiempo ejercitaba su fe con empeño en su apostolado con las jóvenes de la Acción Católica, haciendo obras de caridad y sobre todo frecuentando los sacramentos.

 

Su vida profesional

 

Teniendo 28 años, después de titularse en medicina abrió su propio consultorio y 2 años después se especializó en Pediatría.

Sus pacientes preferidos eran los pobres, las embarazadas, los niños y ancianos. 

Con gran alegría de vivir y de disfrutar del encanto de la creación, se satisfacía en la música, la pintura, el esquí y el alpinismo.

 

Su hermano Alberto era sacerdote misionero en Brasil y por las cartas que le enviaba comentándole su experiencia.

Gianna comenzó a sentirse muy atraída por la vida misionera, sin embargo, su director espiritual le hizo entrar en razón de que no tenía la fortaleza física para esa vocación.

 

Así que sin aferrarse aceptó esperar, después sintiéndose llamada a la vocación del matrimonio.

 

Gianna en su vocación matrimonial

 

Con casi 32 años de edad, viajó a Lourdes para rezar a la Virgen y pedirle que le hiciera conocer al hombre que debería ser su esposo, el que el Señor había dispuesto para ella desde la eternidad.

 

El 8 de diciembre de 1954 durante una celebración eucarística especial, Gianna conoció al ingeniero Pietro Molla.

Era 10 años mayor que ella, quien también pertenecía a la Acción Católica y era un laico comprometido en su parroquia.

 

Después de un tiempo se hicieron novios y durante ese periodo Gianna fue maravillosa transmitiendo a Pietro su amor y gran alegría de vivir.

Al grado que pronto se comprometieron en matrimonio y se casaron el 24 de septiembre de 1955.

 

Una esposa feliz

Durante los primeros 4 años, el matrimonio fue bendecido con 3 hijos, Pierluigi, Mariolina y Laura.

Gianna supo armonizar, con sencillez y equilibrio sus deberes de madre y de médico. 

¡Ahora sí! díganme ustedes si no creen que Gianna les hizo honor a sus padres con testimonio de vida, y ese era apenas el comienzo…

En septiembre de 1961, hacia el fin del segundo mes de un nuevo embarazo.

Gianna Beretta presentó un voluminoso tumor benigno en el útero, por lo que tuvo que someterse a cirugía para que lo extirparan.

Le suplicó al cirujano que salvara la vida que llevaba en su seno y se confió a las oraciones y a la Divina Providencia.

Salvaron la nueva vida y Gianna dando gracias al Dios pasó los restantes siete meses de su embarazo con gran ánimo e impresionante empeño de madre y médico.

Amó hasta el extremo

Algunos días antes del parto, aunque confiando en la Divina Providencia, Gianna le dijo a su esposo con tono decidido y al mismo tiempo sereno: 

“Si tuvieras que elegir entre el niño y yo, ninguna duda elige al niño, y lo exijo, salva al niño”

Pietro que conocía muy bien a su esposa, su espíritu de sacrificio, el peso y la fuerza de sus decisiones.

Se sintió en la obligación de conciencia de tener que respetarla, aunque hubiese consecuencias extremamente dolorosas para él y sus hijos.

Para Gianna la criatura que llevaba en el seno tenía los mismos derechos de vivir que Pierluigi, Mariolina y Laura.

Y ella en ese momento sólo era el instrumento de la Providencia para que esa nueva criaturita viniera al mundo.

Ella sí entendía que nosotros como padres no somos dueños de nuestros hijos. 

Estamos aquí para amarlos, para protegerlos, procurarlos y educarlos sobre todo en el amor a Dios.

Pero el verdadero Padre es Él y los ama con mayor perfección de lo que nosotros los amamos.

La educación y el crecimiento de sus otros hijos, se los confiaba a la Providencia a través de Pietro y sus familiares.

 La elección de Gianna Beretta

Fue una decisión tomada a partir de su conciencia de madre y podía entenderse solo a la luz de su gran fe.

De su firme convicción sobre el derecho sagrado a la vida, el heroísmo del amor materno y la plena confianza en la Providencia.

En la tarde del 20 de abril de 1962, viernes santo, Gianna fue nuevamente internada y le provocaron el parto.

Aunque quería que el bebé naciera por parto natural no fue posible y en la mañana del 21 de abril dio a luz a Gianna Emmanuela.

Unas horas después el estado general de Gianna se agravó con fiebre cada vez más elevada y dolores abdominales atroces porque se había producido una peritonitis séptica.

Raramente revelaba sus sufrimientos y rechazó los sedantes porque quería estar consciente y lúcida en su relación con Jesús, a quien constantemente invocaba.

Sacaba fuerza de su oración, manifestada en breves expresiones de amor y ofrecimiento:

“Jesús te amo” – “Jesús ayúdame” – “Mamá ayúdame” seguidas de silenciosas reflexiones.

A pesar de todos los tratamientos recibidos, su estado empeoraba de día en día.

Deseó recibir a Jesús en la Eucaristía

Pero a causa de los vómitos que no podía controlar, para no faltar el respeto al Señor, se conformó con recibir sobre los labios una mínima partícula del Pan Eucarístico.

Su hermana, la Madre Virginia, acababa de regresar de la India y acudió a asistirla en su agonía, quien en el momento oportuno dijo a Gianna Beretta:

“Ánimo, Gianna, Papá y Mamá están en el cielo y te esperan ¿estás contenta de ir?”. En el movimiento de sus parpados se podía leer su completa y amorosa adherencia a la Voluntad Divina.

Regresó a la casa del Padre

Al alba del 28 de abril, por expreso deseo suyo fue trasladada a su casadonde murió a las 8 de la mañana, con tan solo 39 años de edad y apenas 6 años casada.

Fue beatificada en 1994 y canonizada en 2004, por el papa San Juan Pablo II.

La vida de Santa Gianna Beretta Molla es testimonio perfecto de santidad dentro de una vida ordinaria como la nuestra. 

Rescatemos e imitemos sus 2 principales virtudes, de las cuales derivan muchas otras: La confianza total a la voluntad de Dios y su amor profundo por la vida.

Haber entregado la vida defendiendo la de su hija, fue el culmen de dichas virtudes.

Pero Gianna las ejercitó y fortaleció de manera constante desde que era niña y en cada momento de su vida.

No se aferró a nada y con optimismo aceptó todo aquello que no coincidía con sus planes personales, disfrutó al máximo todas las maravillas que le ofrecía la creación de Dios.

Desde el arte, la naturaleza, el apostolado, sus pacientes, sus padres, sus hermanos y con optimismo aceptó todo aquello que no coincidía con sus planes personales.

Disfrutó al máximo todas las maravillas que le ofrecía la creación de Dios, desde el arte, la naturaleza, el apostolado, sus pacientes, sus padres, sus hermanos y con mayor razón su matrimonio y maternidad.  

Recuerda que la santidad está al alcance de todos. El próximo santo ¡eres tú!

Oración

Querida Santa Gianna, te pedimos que intercedas por todos nosotros, los matrimonios jóvenes, para que a ejemplo de tu familia aprendamos a vivir constantemente en la alegría de Dios. 

Intercede por nosotras, las esposas y mamás que en estos tiempos, tenemos que lidiar con la fatiga y el cansancio.

Para que cuidando de nuestra vida espiritual, sepamos también armonizar, con sencillez y equilibrio nuestros deberes de esposas y madres, Amen. 

Todos experimentamos momentos de inmenso amor y de poco amor, lo único es que cuando vivimos desde la fe, ambos son una oportunidad para descubrir que Dios nos acompaña y de cada situación nos muestra una lección.

Si sientes que hay algo más que te gustaría compartir con nosotros o que encuentras dificultad para afrontarlo, visita nuestra sección de Psicólogos Católicos, en donde encontrarás profesionales que te ayuden a vivir estos procesos.

También te invitamos a dejar tus intenciones en nuestra sección Pide y haz oración, en donde juntos como comunidad oramos a Dios por tus necesidades.

Te recomendamos leer más sobre la vida de esta gran santa, dando click en el siguiente link: Gianna Beretta Molla 

Vania Hernández

“Mamita María, mi refugio y mi modelo”

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