La psiquiatra Marian Rojas alerta de que vivir enganchado a las pantallas «tiene serias consecuencias en el desarrollo cognitivo y emocional»
Marian dicta sentencia: estas son las consecuencias en adolescentes asociadas al consumo de redes sociales.
¿Cuáles son las consecuencias del uso descontrolado de las redes sociales?
- El sistema de recompensa se modifica. Cambia la forma de disfrutar, de experimentar el dolor, de relacionarnos y de relajarnos.
- Se busca constantemente la gratificación instantánea. Los menores se acostumbran a la hiperestimulación, a vivir intensamente todo en cuestión de segundos o milisegundos.
- Hay drogodependencia emocional. Cuando desaparece esa búsqueda incesante de sensaciones, surge el temido vacío, la frustraciones, etc.
- Cero tolerancia a la frustración, al dolor, al sufrimientos, etc. Se termina entrando en una espiral de apatía, de angustia, lo que deriva en una crisis de salud mental.
- Viven distraídos. Es más fácil dominar los instintos. Perdiendo la capacidad de atención y concentración.
Rojas ha explorado el impacto psicológico y neurológico de las redes sociales, especialmente la respuesta del cerebro al recibir un «like».
Marian Rojas: «Históricamente las drogas eran por vena, por nariz o por boca: ahora entran por los ojos, y está diseñado para que sea así”
Cuando alguien recibe un «like», se produce una liberación de dopamina, la hormona del placer, similar a la respuesta que generan las drogas o el juego.
Esta liberación crea una sensación de satisfacción que motiva a la persona a seguir publicando contenido para obtener más «likes».
Sin embargo, este ciclo puede llevar a una adicción, afectando la atención, la voluntad y, a largo plazo, la felicidad.
Los dispositivos móviles y las aplicaciones se diseñan para generar adicción.
Las empresas tecnológicas utilizan conocimientos de psicología, neurofisiología y neurociencia para captar y mantener la atención de los usuarios, lo que resulta en un consumo continuo y prolongado.
Este fenómeno se conoce como «economía de la atención», donde los datos se han convertido en uno de los recursos más valiosos.
La adicción a las redes sociales y dispositivos móviles puede comenzar a edades muy tempranas, afectando profundamente la mente de los niños y adolescentes.
Esto puede alterar su capacidad para procesar información, gestionar emociones y manejar la frustración.
La experta recomienda que cada persona reflexione sobre su uso de la tecnología y busque un equilibrio que permita aprovechar los beneficios sin caer en conductas perjudiciales.
En el caso de los menores, es vital que la gente adulta de su entorno les ayude a usar los dispositivos móviles con control.
«Necesitamos una juventud con mejores herramientas para resolver situaciones complicadas y las pantallas son expertas, justamente, en arrebatar estas herramientas»
Concluye la experta en la publicación.
Fuente: LA RAZÓN