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¿Cuáles son las fases del duelo? Especial de Navidad

Fases del duelo

Cada duelo es único y particular. Todo duelo tiene un camino ya que es un proceso y este camino puede parecerse como un tunel que es oscuro al principio.

Pero conforme vamos avanzando, se va viendo una lucesita al fondo, pero tenemos que atravesarlo.

Les hablaré un poco de lo que nos vamos a encontrar en este camino, referente a cómo vivir esta próxima Navidad si nos encontrapos en un momento de duelo.

Son las fases del duelo, que son las fases de la reaccion a las pérdidas, su duración e intensidad depende de varios factores relacionados con la personalidad del doliente.

Las variables de la muerte y las redes de apoyo externo, sus límites son difusos y es común que oscilen entre sí.

Esto depende de la personalidad que tenemos cada uno, de los variables en los que se da el evento de la muerte de este ser querido.

Cómo sucedió, la edad, el vínculo que tuvimos con la persona y también depende mucho en los adultos de nuestros recursos internos y de los recursos externos.

Primera fase del duelo: Aflicción aguda

Es el primer momento en el que nos enteramos que el evento sucedió, cuando recibimos la noticia fatal, el fallecimiento de nuestro ser querido.

Inicialmente viene este estado de shock emocional, no lo podemos creer, sentimos un golpe, una cubetada de agua fría.

Sentimos un desvanecimiento, es una descarga que llega a nosotros por medio de esta aflicción aguda y este estado de shock.

Nuestros recursos internos, más nuestros recursos externos, junto con las capacidades propias de las persona, nos harán ir avanzando de una u otra manera, con mayoy o menor dificultad.

Los pensamientos que vienen son de incredulidad, la famosa negación que sucede: “no puedo creerlo, no es posible, si lo vi ayer, apenas platiqué con él…”

La anulación psíquica, el fenómeno temporal en donde la capacidad de comprensión se ve alterada, la confusión e inquietud.

La persona con frecuencia, no sabe qué hacer o a dónde acudir. Muchas veces justo después de la noticia no sabemos qué hacer, a quién decirle.

Las oleadas de angustia aguda, la sensación de ahogo y ese vacío en el abdomen, la presión en el pecho, la debilidad muscular, sofocos, agitación, llanto, actividades sin objeto y la preocupación.

Ahí comenzamos a vivir el duelo

Con estas descargas emocionales y físicas que también se comienzan a percibir.

Las emociones se perciben como este fenómeno de la montaña rusa, un subir y bajar de emociones, un siento todo pero no siento nada, emociones encontradas.

La despersonalización también es muy notoria en estos primeros momentos, pareciera que estamos viviendo una película, como que no estamos en nosotros mismos.

Esa sensación que tienen las personas de que el mundo no es real, que todo parece falso, como no estar en el aquí y en el ahora.

También tenemos una característica de amnesia disociativa. La fuerte pérdida de memoria por el intenso estrés psicológico que se presenta en esta primera etapa de duelo.

Tenemos escatomas emocionales, como quedarnos congelados, pérdida temporal a largo plazo de algunos recuerdos o imagenes.

A modo de manchas negras que se asemejan a los moretones, pero en nuestra mente, vacíos que quedan de repente.

Pensamientos obsesivos, de repetición constante a modo de una imagen fotográfica de cada evento que haya sucedido.

Los síntomas físicos: sequedad de boca, debilidad muscular, el llanto, temblores, etc.

¿Qué es lo que tenemos que hacer en esta primera fase del duelo?

Primero saber que es normal que eso nos va a suceder, que no estamos volviéndonos locos y que este proceso va a pasar.

¿En cuánto tiempo? No hay tiempo para un duelo, pero déjense cuidar, déjense apapachar.

Hay gente muy buena intencionada que a veces no nos dicen las cosas más atinadas.

Pero déjense ayudar, a pesar de que decimos que no queremos nada o no quiero que me hablen, hay que dejar ayudarnos, estamos atravesando por un duelo.

Deleguen funsiones, no tomen desiciones importantes, hagan ejercicio sueve.

Frente a las oleadas intensas de esta montaña rusa de emociones; lloren, caminen, tomen agua fría ya que nos ayuda a nivelar nuestras emociones.

Tengan por seguro que esa sensación de enloquecer, es pasajer.

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Segunda fase del duelo: Conciencia de la pérdida

Una de las primeras características es que la anguistia va perdiendo intensidad.

Ya no sentimos aquellas oleadas tan intensas y fuertes de emociones, dentro de esa montaña rusa ya no se marcan tanto los altos y los bajos.

Lo cotidiano sí nos golpea con fuerza, el retomar actividades puede que nos pese un poco porque, nos cuestionamos ¿El mundo sigue?

Pero si se me acaba de morir mi esposa, mi hijo, mi mamá…¿Cómo puedo yo seguir con la vida cotidiana?

Costará trabajo, pero hay que seguir, como dice en dicho: “La obra tiene que continuar”

También vamos sintiendo una desorganización emocional, todavía hay emociones ahí en esas altas y bajas, que no se acaban de acomodar.

Tenemos sensaciones de crisis nervioas, andamos muy sensibles e irritables.

Los objetos transicionales son buenos, ésto se refiere a que si por ejemplo, tenemos un objeto que nos recuerda esa persona, como una prenda de vestir o una fotografía.

Es bueno que la tengas, que la conserves, es bueno observarla, verla, olerla.

Esos objetos, consérvelos, no les va hacer un daño, por el contrario, les va a provocar tranquilidad y serenidad.

¿Qué hacer en esta segunda fase del duelo?

Saber que todavía el proceso es un poco tardado, si han pasando tres o cinco meses y todavía duele, claro que todavía duele.

No tengan preocupación por el qué es lo sano en un duelo, el tiempo no es un determinante para que sea sano o no el duelo, no quieran correr, ténganse paciencia.

Reconozcan que ya no están en el mismo lugar que en el día de la pérdida, a veces sentimos que nos regresamos, que seguimos igual.

Parece que no hemos avanzando pero sí lo hemos hecho y hemos ido aprendiendo a vivir con esas sensaciones, con ese día a día.

Tercera fase del duelo: Conservación-Aislamiento

En esta fase, tendremos la caracteríastica de que parece que ha pasado más tiempo.

Sin embargo, será la etapa más crítica, ya que justamente ya vamos cayendo en cuenta de que esto es definitivo.

Que ha pasado un tiempo y yo ya no puedo hablarle a la persona y ya no la volveré a ver.

Que habrán eventos, como esta Navidad en el que ya no estará, entonces esta aflicción se puede convertir como una bombita que vuelva a estallar.

Siéntanse tranquyilos porque eso también va a pasar, es decir, habrá una recaída en esta tercera fase, pero es normal que se tenga esa recaída.

Podemos sentirnos cansados, con dolor en el cuerpo, fatiga, enojo, culpabilidad, que puede estar ahí haciéndonos mucho ruido y no dejándonos avanzar.

Es bueno comenzar hacer una actividad física ya más en forma para ir manejando nuestras emociones.

También de ir acomodando lo que es el lugar donde vamos a colocar a nuestro ser querido, porque ya no está físicamente.

Pero se encuentra en un lugar y así es donde lo vamos a acomodar: en tu corazón, en tus recuerdos, ahí es donde se encontrará el lugar.

Esta es una fase de cicatrización, como una herida en la piel que al momento de cicatrizar, incluso causa comezón, molestia, dolor.

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Cuarta fase del duelo: Cicatrización

En esta fase ya pudo haber pasado un año o varios meses y todavía, claro que vamos a sentir, pero ya como les decia en la anterior fase.

Ya le hemos encontrado un lugar a nuestras emociones, ya le hemos comenzado a poner orden.

El periodo de la aceptación intelectual y emocional ya es más conciente, yo ya me estoy dando cuenta de lo que realmente ya no está.

Y que no solamente es la presencia física, son estas presencias muy espirituales y que teníamos con ese ser amado, ese vínculo que teníamos con ese ser amado.

Ya vamos aceptando que nuestra manera de conectarnos con ellos, ya no es físicamente, ahora trasciente, que va mucho más que de este plano terrenal.

Ya nuestro vínculo será de otra manera, nuestros encuentros serán de otra forma. 

Vamos pasando a nuestra conciencia este periodo de aceptación intelectual, emocional y espiritual.

Hasta este momento, la vida giraba en torno a nuestro ser querido fallecido y ahora, ya comenzamos a pensar en nosotros mismos: qué haré, qué planes tengo, etc.

Comenzamos a reconstruir nuestra propia vida, lo que hrás, a tomar desiciones futuras, recobrar el control de tu vida y acomodar los roles que hoy por hoy te toca vivir.

Por ejemplo, los viudos antes tenían el rol de esposos y ahora su rol de viudo puede tener peso.

¿Qué hacer en esta cuarta fase del duelo?

No es momento de apegarse a estructuras rígidas y antiguas, sí podemos y debemos honrrar a nuestros difuntos.

Podemos hacer cosas diferentes a las que prometimos, y podemos cambiar cosas.

Dentro de nuestras dinámicas puede haber cambios también y que estos cambios sean para bien, es el momento justo de hacer estos cambios.

Revisa personalmente toda la historia con su relación con la persona fallecida.

Pueden realizar un diario de duelo, donde pongan todas sus memorias, ésta es una manera de poder sacar estas emociones.

Revisa fotos, realiza una biografía de tu ser querido y la tuya. Pueden buscar ayudar a otras pesonas que también están pasando lo mismo y así, aprender más sobre el duelo.

Tender la mano a las personas que conozcan que estén viviendo lo mismo y decirles que sí se puede, que se sientan acompañados y abrazados.

Quinta fase del duelo: Renovación 

Esta es para todo el resto de nuestra vida. Como su nombre lo dice, es estar en esta constante renovación.

Porque pérdidas tendremos muchas en la vida, entonces hay que levantarse y caminar.

En esta fase, ya se han comenzado hacer cambios importantes, esta conciencia acepta que puede haber incluso más cambios.

Se ha recuperado el nivel normal del funcionamineto, el recuerdo sí duele, claro.

Pero ya la intensidad de las oleadas de ansiedad y emociones, ya no llegan a esos picos, ahora vamos en aguas tranquilas.

En este momento ya estamos saliendo del túnel, ya estamos en este volver a nuestra vida actual.

¿Qué hacer en esta quinta fase del duelo?

Es momento de retomar todos los proyectos, todo el control de nuestra vida y la de los que nos rodean.

Es momento de seguir disfrutando, de seguir teniendo sueños, anhelos, retomar estudios, hacer un voluntariado, etc.

Seguir trabajando, porque el trabajo sigue. Incluso sea momento de buscar otra relación afectiva.

Darle sentido a la pérdida y darle sentido a nuestra vida, porque muchas veces pensamos que ya perdimos ese sentido, hay que resignificar ese sentido de vivir.

¿Con qué fases del duelo te identificas? ¿Cuál te resonó más?

Hay ocasiones en que nos podemos sentir de todo un poco, podemos tener síntomas o aspectos de la fase 1, 2, 3 o hasta la 4 y es normal.

Estas fases en sí nos marcan un camino pero, este camino es parte de un proceso dinámico, no es estático lineal.

Te invito a que identifiques la etapa que te encuentras pasando, para que sea una herramienta útil en tu vivencia en esta Navidad.

En el duelo vamos avanzando, pero los sentimientos a veces nos pueden hacer retroceder.

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Autora:Victoria Mijares.

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Victoria Mijares
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