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Vivir la Cuaresma, ¿para qué?

Es una invitación para dar pasos en el amor y en la vida espiritual. Este año viviremos la Cuaresma en un contexto totalmente distinto al de años anteriores por el confinamiento y las restricciones ocasionadas por la pandemia.

En medio de todo lo que estamos viviendo podríamos preguntarnos:

 ¿Para qué vivir la Cuaresma?

En muchas ocasiones la Cuaresma la relacionamos con dolor, sacrificio, culpa; tiempo de estar tristes y de abstinencia (por lo general, de no comer carne).

Sin embargo, también podemos verla como un tiempo de preparación y una oportunidad para crecer en el amor y madurar en la vida espiritual.

Ir al desierto

Y ¿Cómo se logra eso? Yendo al desierto como lo hizo Jesús. Cuando él se fue al desierto durante 40 días estuvo desprovisto de todo. 

Allí fue tentado por el diablo, pero también allí se convenció de su llamada y misión en esta tierra y sacó la fuerza suficiente para llevar su amor al extremo (Juan 13,1).

Además, seguramente allí también es donde sostuvo los diálogos más amorosos, intensos y profundos con nuestro Padre Dios. 

De ahí la cita que dice “Por eso ahora la voy a conquistar, la llevaré al desierto y allí le hablaré a su corazón.” (Oseas 2,16)

Es por ello, que la Cuaresma es una invitación a conducir la vida hacia la aridez y la sequedad de lo que estamos acostumbrados a hacer, para poder escuchar la voz de Dios e identificar lo que nos hace bien y lo que no.

El desierto es una oportunidad para acercarnos a Dios, conocernos, valorar lo importante de la vida y decidirnos a dar pasos en el amor.

Así, al preparar el interior podremos entender lo que hoy Dios quiere decirnos a través del misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, en el que plasma la mayor prueba de amor que alguien pudo hacer por ti: dar la vida.

Tiempo de regresar a Dios

En el mensaje de Cuaresma de este año, el Papa Francisco subrayó que es un tiempo para renovar la fe la esperanza y la caridad; añade que es un tiempo para regresar a Dios.

Pero ¿para qué volver a Él? 

Para conocerle, tratarle, rosar con su presencia, su amor, su ternura, su palabra y su amistad.

Regresar a Dios nos conviene a todos porque Él nos ayudará a descubrir el potencial que tenemos para amar y poder hacer las mismas locuras de amor que hizo Jesús y aún mayores. (Cf. Juan14,12)

Volver a Dios requiere destinarle un tiempo, de calidad, en el que Él te mire y tú le mires, en el que ambos se fundan en una oración afectiva, sencilla, descomplicada, sincera, auténtica; sin poses ni frases hechas, simplemente ser para él y él para ti; porque Él quiere hablarnos al corazón y conquistarnos.

Contamos con este tiempo Cuaresmal para volver a Él, buscarle en lo secreto y mostrarle lo más íntimo de tu corazón y el trasfondo de tu vida. Él lo anhela, de hecho, ya espera por ti.

Interiorizar

Asimismo, este tiempo también es una invitación a ver dentro de ti mismo, interiorizar y preguntarte cómo va tu vida; sacar la lupa y observar detalladamente todo: detectando y sacando aquello que no te hace bien, e identificando y conservando lo que sí te conviene.

Un ayuno que puede ayudar a nuestro interior es el de privarse de algo que no te hace tanto bien, que haces en excesos o te produce placer y posiblemente no te has dado cuenta que no te hace bien como:

Hablar mal de la gente, decir mentiras, “chismear”, pasar horas en las redes sociales o viendo series, procrastinar demasiado, pelear, desesperarse con facilidad, ofender a los demás, consumir en exceso azúcar, cafeína o nicotina, y muchas otras cosas más.

El ayuno al que la Iglesia nos invita no sólo es para prohibirnos o privarnos, sino es para liberarnos de todo aquello que nos está esclavizando como el materialismo, el egoísmo o el orgullo. 

La invitación es a caminar hacia la libertad de la vida para hacerla más ligera y podamos en verdad disfrutarla.

El reto de 40 días.

Hoy te propongo el reto de 40 días como si se tratara de una dieta detox (desintoxicación), en el que te desintoxiques de tus excesos y adicciones como: el mal humor, el desánimo, la envidia, el derrotismo, la mentira, la hipocresía, las relaciones tóxicas, la indiferencia, etc.

Podrías empezar con una o dos cuestiones que quieras trabajar durante este tiempo y evaluarlas cada semana, porque como dice el dicho popular “el que mucho abarca, poco aprieta”.

De esta manera podríamos aprovechar este tiempo Cuaresmal y dar pasos en el amor y en el crecimiento de nuestra vida espiritual.

Por ejemplo, un propósito podría ser regresar a la oración, entonces implicará destinar un tiempo, tal vez una hora a la semana; y durante ese momento se silenciará el móvil y se alejarán distracciones.

O bien, buscar vivir un retiro espiritual o Ejercicios Espirituales de Cuaresma vía online, muchas congregaciones organizan eventos como éstos en este tiempo. Busca en internet, seguro encuentras alguno.

Puedes empezar tomándote un momento para orar en nuestra sección: Pide y haz oración por otros.

O ejercitarte en la paciencia, lo que implicará: contener los impulsos de estallar a la primera que te desesperes y detenerte por un momento a pensar si vale la pena enojarte por esa situación.

Podrías hacerte el propósito de trabajar aquellos aspectos que más te cuestan a través de la ayuda de un Psicólogo Católico, recuerda que la decisión de ser mejor cada día está en tus manos.

¿Le entras al reto?

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Oración.

Damos gracias a Dios por la invitación que nos hace de vivir este tiempo de Cuaresma de manera diferente. 

Pidamos a Dios que en esta Cuaresma regresemos a Él, que interioricemos en nuestra vida y que aprovechemos la oportunidad de este tiempo para dar pasos en el amor y en nuestra vida espiritual para llegar a la Pascua dispuestos a hacer las mayores locuras de amor como las hizo Jesús. Amén.

Si quieres saber más sobre la Cuaresma, lee también los Mensajes para la Cuaresma del Papa Francisco.

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PSICÓLOGOS CATÓLICOS.

Recuerda que, si has intentado hacer algún cambio y no lo has logrado, o estás pasando por algún momento de dificultad; existen profesionales (Psicólogos Católicos), que pueden ayudarte a trabajar en ello.

Un Psicólogo Católico es un profesional de la Psicología, con un enfoque científico, fundamentado en la antropología cristiana-católica.

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